¿Quedan acaso cien? Nadie sabe cuántos, pero lo cierto es que los manatíes se extinguen poco a poco de la ciénaga de El Totumo, en las entrañas de Yondó, Magdalena Medio antioqueño: “entre marzo y abril hemos cogido tres ya muertos”, dice Sigifredo Ocampo, de Asomanatí.
Pero tres es una cifra mínima para todos los que han estado muriendo en las aguas de la ciénaga y los humedales.
“Hace años, los pescadores los capturaban y llegaban al pueblo a repartir la carne”, le narró el pescador Crescencio Ocampo a Teleantioquia Noticias, muy preocupado.
Eran tiempos en los que el animal, conocido como el elefante marino, abundaba en los afluentes de la región. Los tiempos han cambiado para este animal enorme, de cinco metros y de hasta 2.000 libras.
“Las aguas del Caño Negro (el río que surte la ciénaga) se han contaminado, pues les caen residuos de las redes de hidrocarburos de Ecopetrol y del casco urbano de Yondó, no hay condiciones ambientales para su subsistencia”, advierte Sigifredo Ocampo, representante legal de Asomanatí, que hace veinte años nació para conservar y proteger la especie. Ya, dice, no los capturan para consumo. Al contrario, unos 50 pescadores están pendientes de su entorno y los protegen.
“Otro objetivo es aprovechar el animal para atraer el turismo”, añade Sigifredo.