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EL ENCARGO INEVITABLE

En este número nos embarcamos a explorar la forma en que miramos la política, casi siempre como un duelo entre izquierda y derecha, y cómo está cambiando la geopolítica del poder global. Y nos preguntamos por nuestras relaciones con los animales, al tiempo que reflexionamos sobre las representaciones de series como Griselda, el cine hecho por mujeres y los nuevos espacios para el arte que se abren en Medellín.

  • Marita Lopera estudió teatro en la Escuela Popular de Artes, es maestra en Literatura, realizadora de radio y profesora. La vida fue hace mucho es su primera novela. FOTO carlos velásquez
    Marita Lopera estudió teatro en la Escuela Popular de Artes, es maestra en Literatura, realizadora de radio y profesora. La vida fue hace mucho es su primera novela. FOTO carlos velásquez
  • La vida que fue hace tanto en el primer libro de Marita
  • La vida que fue hace tanto en el primer libro de Marita
  • Marita Lopera estudió teatro en la Escuela Popular de Artes, es maestra en Literatura, realizadora de radio y profesora. La vida fue hace mucho es su primera novela. FOTO carlos velásquez
    Marita Lopera estudió teatro en la Escuela Popular de Artes, es maestra en Literatura, realizadora de radio y profesora. La vida fue hace mucho es su primera novela. FOTO carlos velásquez
  • La vida que fue hace tanto en el primer libro de Marita
  • La vida que fue hace tanto en el primer libro de Marita
La entrevista | PUBLICADO EL 12 septiembre 2023

La vida que fue hace tanto en el primer libro de Marita

La ópera prima de esta escritora antioqueña reflexiona sobre la naturaleza, la soledad y las relaciones familiares.

La vida fue hace mucho es el libro de Marita Lopera en el que el lector acompaña a Alea a un viaje de ida al Golfo de Morrosquillo y de vuelta a Cabo Tiburón. Él mismo viaje en dos tiempos: cuando tenía 12 años y ahora que tiene 32. Y en el camino, una vida que se va armando, que se va viendo en el paso del tiempo y en los aprendizajes.

Marita tenía dos intenciones claras al inicio: una, describir al personaje sin revelar si era mujer o hombre, que se tuviera que pensar en ello. La segunda, entrecruzar los tiempos.

—Tenía la idea en un principio de no revelar el género del personaje con adjetivos y artículos en masculino o femenino, sino dejar que los lectores se fueran haciendo una imagen de quién podría ser. Hay gente que se refiere a Alea como un hombre y se queda con esa idea. Eso me interesaba porque era un reto: en nuestra lengua española, que es muy rica, el español te permite jugar en ese terreno de la ambiguedad, pero además quería pensar que fuera una interpretación donde el lector tuviera que tener un rol muy activo y hacerse la pregunta de por qué cuando hablamos de rudeza, de fuerza y de temperamento nos imaginamos a los hombres y no de inmediato a una mujer. A ella la vemos como mujer ya en la narración, o porque pensamos en la mujer porque cuida, protege el medio ambiente. Quería que cada quién se hiciera esa pregunta por el género, porque es importante que reflexionemos el género en qué está.

***

P. 39. Nací abordo del pesquero de El Capi, frente a la isla Tintipán, a unas cuarenta millas náuticas de Cartagena. Mi mamá solía contar que, esa noche, los cuatro tripulantes de la embarcación estaban tan ocupados en atenderla que no les importó si el barco se perdía entre alguna de las ciénagas laberínticas de la isla.

—Y lo de la niñez es porque creo que ahí se establece mucho el contacto que Alea va a tener con el mar, es desde esa primera tirada al agua que va a seguir reverberando en ella permanentemente, ahí hay una cosa con el carácter, con los espacios íntimos. Quería que fuera en dos tiempos, que se notara que se van tejiendo y que me permitieran saltar: son dos relatos que se cortan y se van juntando. En el presente es un tiempo contenido, más lento, son solo siete días tratando de llegar a Cabo Tiburón, un lugar de suma importancia en la obra, y el otro tiempo es deshacer los pasos, como una ruta de navegación de ida y de regreso. Ese tiempo es más veloz, son más años, pero me parecía interesante estar en los dos lugares, en ese presente que no se sabe muy bien por qué el personaje lo está viviendo, por qué padece y pasa tanta hambre, y después ver que fueron las circunstancias las que lo llevaron hasta ahí.

—Hay una intención de hablar de la naturaleza, de la importancia de fijarse en ella.

—Para mí lo más interesante y lo que me movió es esa desconexión que vivimos con la naturaleza, para nosotros es un ello, como en tercera persona, algo que está allá y que podríamos alterar, manipular de cierta manera, como que estamos en la pirámide como seres humanos y allá lejos está la naturaleza. Este personaje ve a la naturaleza como un tú, como un vos, como un usted, es una conversación que tiene esa relación vinculante. Alea es un ser más mamífero, más de los sentidos y del cuerpo, ella no está pensando en el alma y el espíritu. Me parecía bonito porque es una relación más primigenia, que nuestros ancestros tenían mucho más natural. De alguna manera la naturaleza son seres y ellos dialogaban con ellos. Alea dialoga con la madre oceánica, con un árbol de mango que le regala uno, y si está muy hambriada sabe que en algún momento se va a encontrar una yuca por ahí, o un plátano o algo del mar. Me parece que es muy vigente hoy que nos hagamos esa pregunta, que no veamos a la naturaleza como algo externo. A veces solo la vemos para saber si cargamos una sombrilla o no, sino que realmente ese diálogo que teníamos desde nuestros ancestros se perdió.

P. 120. Quizás la diferencia entre matar peces y sacrificar al perrito parecía insustancial, pero era cierta: la distancia era el amor y este fue un peso que no pude medir desde entonces.

***

Marita escribió este libro durante la pandemia, por eso aunque tenía la intención de hacer un trabajo de campo extenso, debió hacerlo desde casa, leyendo investigaciones científicas que la llevaron a preguntarse por cómo llevar ese mundo tan distinto en el lenguaje, de una manera natural a la obra.

Lo demás fueron conversaciones: el amigo que tenía un primo en Necoclí, para que le enviara un audio por WhatsApp de ese recuerdo de la primera vez que cruzó al otro lado del golfo. Esos relatos, cortos, más las lecturas y la gran investigación se fueron armando en este libro verde que publicó Angosta en su colección Ópera Prima.

—La novela nació con relatos cortos de diversos momentos de la vida de Alea, hasta que me puse en la tarea: aquí hay un personaje potente, un universo literario chévere, la intención de mirar hacia el golfo y el mar, y ahí se fue cocinando. Yo he escrito siempre, creo que uno tiene una compinchería con la escritura.

Un detalle

Marita escribió esta novela para su trabajo de maestría en Literatura de la UPB. Conversará con Estefanía González el domingo 18 de septiembre en Fiesta del Libro, en el auditorio Aurita López, a las 2:00 p.m.

$!La vida que fue hace tanto en el primer libro de Marita
Mónica Quintero Restrepo

Es periodista porque le gusta la cultura y escribir. A veces intenta con la ficción, y con los poemas, y es Camila Avril. Editora de la revista Generación. Estudió Hermenéutica Literaria.

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