Sofía Ospina de Navarro
Literata, columnista de EL COLOMBIANO y El Espectador, y directora de la revista femenina Letras y Encajes. Aún se consigue en librerías La buena mesa (1933), un compendio de gastronomía antioqueña, y acaba de publicarse una antología de sus columnas en la Biblioteca de Escritoras Colombianas, que acaba de lanzar el Ministerio de Cultura.
Clemencia Rodríguez Jaramillo
Su novela Interrogantes sobre el destino (1942), prologada por Fernando González, rompió con la narrativa tradicional al incursionar en temas filosóficos, desde la exploración interior.
Magda Moreno
Sus novelas El embrujo del micrófono (1948) y Las hijas de Gracia (1951) fueron publicadas recientemente por la Editorial Eafit. Fue discípula de Tomás Carrasquilla, lo que se nota en la inclinación al realismo, las descripciones y la nostalgia.
María Cano
En sus poemas y relatos aparece el cuerpo de la mujer con enfoque erótico, lo que fue escandaloso para su época. En otros dejó ver sus intereses por los temas sociales y sindicales, por los que es más conocida. Participó activamente en la revista Cyrano.
Isabel Carrasquilla de Arango
Era la hermana de Tomás Carrasquilla y tuvo un rol clave en su escritura: hacía de editora y participaba en las mismas tertulias. Además, fue dramaturga, pero Tomás le prohibía publicar, no solo por ser su familiar sino por ser mujer.
