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EL ENCARGO INEVITABLE

En este número nos embarcamos a explorar la forma en que miramos la política, casi siempre como un duelo entre izquierda y derecha, y cómo está cambiando la geopolítica del poder global. Y nos preguntamos por nuestras relaciones con los animales, al tiempo que reflexionamos sobre las representaciones de series como Griselda, el cine hecho por mujeres y los nuevos espacios para el arte que se abren en Medellín.

  • Las bibliotecas también son vigías de la memoria y el patrimonio. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.
    Las bibliotecas también son vigías de la memoria y el patrimonio. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.
  • Partituras originales de Carlos Vieco. FOTOS CARLOS VELÁSQUEZ.
    Partituras originales de Carlos Vieco. FOTOS CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Firma original de Ígor Stravinsky. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    Firma original de Ígor Stravinsky. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Mapa del Suroeste antioqueño dibujado por León de Greiff. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    Mapa del Suroeste antioqueño dibujado por León de Greiff. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Cartas indescifrables de Mariano Ospina Rodríguez. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    Cartas indescifrables de Mariano Ospina Rodríguez. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Diario original de Francisco José de Caldas. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    Diario original de Francisco José de Caldas. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • De izquierda a derecha: Century 9 de 1920; cámara adaptada para los poncherazos de Junín; cámara de Benjamín de la Calle. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    De izquierda a derecha: Century 9 de 1920; cámara adaptada para los poncherazos de Junín; cámara de Benjamín de la Calle. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Facsimilar del Códice Trocortesiano. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.
    Facsimilar del Códice Trocortesiano. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.
  • Máquina de escribir, propiedad de Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
    Máquina de escribir, propiedad de Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
  • Mensaje en servilleta escrito por Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
    Mensaje en servilleta escrito por Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
  • Diario de viajes de la familia Jaramillo Mora. FOTO JAIME PÉREZ.
    Diario de viajes de la familia Jaramillo Mora. FOTO JAIME PÉREZ.
  • Las bibliotecas también son vigías de la memoria y el patrimonio. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.
    Las bibliotecas también son vigías de la memoria y el patrimonio. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.
  • Partituras originales de Carlos Vieco. FOTOS CARLOS VELÁSQUEZ.
    Partituras originales de Carlos Vieco. FOTOS CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Firma original de Ígor Stravinsky. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    Firma original de Ígor Stravinsky. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Mapa del Suroeste antioqueño dibujado por León de Greiff. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    Mapa del Suroeste antioqueño dibujado por León de Greiff. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Cartas indescifrables de Mariano Ospina Rodríguez. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    Cartas indescifrables de Mariano Ospina Rodríguez. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Diario original de Francisco José de Caldas. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    Diario original de Francisco José de Caldas. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • De izquierda a derecha: Century 9 de 1920; cámara adaptada para los poncherazos de Junín; cámara de Benjamín de la Calle. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
    De izquierda a derecha: Century 9 de 1920; cámara adaptada para los poncherazos de Junín; cámara de Benjamín de la Calle. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
  • Facsimilar del Códice Trocortesiano. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.
    Facsimilar del Códice Trocortesiano. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.
  • Máquina de escribir, propiedad de Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
    Máquina de escribir, propiedad de Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
  • Mensaje en servilleta escrito por Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
    Mensaje en servilleta escrito por Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
  • Diario de viajes de la familia Jaramillo Mora. FOTO JAIME PÉREZ.
    Diario de viajes de la familia Jaramillo Mora. FOTO JAIME PÉREZ.
Edición del mes | PUBLICADO EL 04 septiembre 2022

Lo que guardan las bibliotecas

En estos recintos hay algo más que libros: objetos exclusivos, algunos con más de cien años de historia.

LAURA FRANCO SALAZAR

Donde nadie puede verlos, soportando un frío de 15 °C y la penumbra absoluta, permanecen objetos antiguos que son joyas de la historia: cartas de puño y letra de Manuel Mejía Vallejo; cajetillas de cigarrillos que pertenecieron a León de Greiff; caricaturas originales de Ricardo Rendón —boceteadas alrededor de 1915 en los cafés del Centro de Medellín—; libros firmados en el siglo pasado por figuras como el compositor ruso Ígor Stravinsky; planos originales de infraestructuras monumentales como el Túnel de la Quiebra o el edificio La Naviera de Medellín.

No están escondidos, sino resguardados: la humedad extrema puede dañar la celulosa del papel, la luz acelerar el proceso de oxidación y el tacto, entre otras cosas, favorecer el crecimiento de hongos. Son frágiles como la memoria, de ahí que la escena sea siempre la misma en cada biblioteca: solo un par de manos, envueltas en guantes de látex, pueden acariciarlos. No es necesario que sorteen más riesgos, “estos objetos ya son sobrevivientes. Muchos de ellos sufrieron embates políticos, purgas, guerras, incendios, el paso del tiempo”, dice José Luis Arboleda, historiador y coordinador de las Colecciones Patrimoniales de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz de la Universidad de Antioquia (U. de A.).

Las bibliotecas, además de tener anaqueles llenos de libros y ser sitios de estudio, son vigías de la historia y el patrimonio, de aquello que es recuerdo e identidad. Basta con imaginar a Los Panidas en torno a una de las mesas del Centro; a Jaime Jaramillo Uribe llenando un álbum familiar de estampitas, o a Melitón Rodríguez retratando en su estudio a los matrimonios de la época. Todas esas memorias dan cuenta de formas remotas de relacionarse, hacer arte, discutir, constituirse como familia o sociedad.

A continuación algunos de esos tesoros que siguen motivando conversaciones e investigaciones, alojados y disponibles para el público en el Centro Cultural-Biblioteca Luis Echavarría Villegas, de la Universidad Eafit; en la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz de la U. de A.; en la Biblioteca Central de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB); en el Fondo Fabiola Lalinde y la Sala Patrimonial de la Universidad Nacional (Unal, sede Medellín), y en la Biblioteca Pública Piloto (BPP).

El trabajo de selección —entre miles de riquezas— fue posible gracias al acompañamiento y las reflexiones de Juan Carlos Cardona, en Eafit; José Luis Arboleda, en la U. de A.; Paola Vélez Arroyave, en la UPB; José Manuel Restrepo Jaramillo y Jaime Alberto Gómez, en la Unal; y Deneiber Mesa, en la BPP. Deleítese con esta pequeña muestra.

En la Universidad Eafit

- Originales de Carlos Vieco y firma de Ígor Stravinsk

Partituras originales de Carlos Vieco. FOTOS CARLOS VELÁSQUEZ.
Partituras originales de Carlos Vieco. FOTOS CARLOS VELÁSQUEZ.

Se trata de los pentagramas originales, tachados y trazados con notas musicales de puño y letra del maestro Carlos Vieco, uno de los compositores antioqueños más representativos de la música andina colombiana. Las melodías de canciones como “Hacia el calvario”, “Honda pena (o La fruterita)” y “Triste y lejano” —que recuerda a los caseríos abandonados y “poblados de fantasmas”— son de su autoría. Más de 27 tomos, cada uno con cerca de 25 temas propios, constituyen parte de su archivo personal. Compuso más de 1.800 obras y vistió de música la obra de letristas y poetas como Tartarín Moreira, León Zafir y Santiago Vélez.

Firma original de Ígor Stravinsky. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
Firma original de Ígor Stravinsky. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.

Correspondencia, programas de mano, recortes de prensa y fotografías donadas a la biblioteca por su familia nutren la sala patrimonial, que cuenta con los archivos de otros compositores como Roberto Pineda Duque y Jorge Camargo Spolidore. Con los archivos del primero llegó una joya adicional: el libro con la partitura de la obra “La consagración de la primavera”, compuesta por Ígor Stravinsky, y que conserva en su primera página la firma original del maestro ruso, uno de los más influyentes del siglo XX.

- Mapa a color del Suroeste, por León de Greiff

Mapa del Suroeste antioqueño dibujado por León de Greiff. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
Mapa del Suroeste antioqueño dibujado por León de Greiff. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.

Una hoja de libreta mediana y envejecida tiene los trazos azules y rosados hechos por el poeta León de Greiff cuando trabajó para el Ferrocarril de Antioquia (entre 1926 y 1927). En ella plasma un mapa detallado de un sector del Suroeste antioqueño, región con la que intimó desde su llegada a Bolombolo en 1926.

El Cerro Tusa, Piedecuesta y el Chorro del Abejero son algunas de las zonas que se distinguen. La pieza gráfica llegó por donación de Hjalmar de Greiff, hijo del poeta, junto a más de 600 libros de filosofía y literatura, una colección de partituras, una foto del viejo puente veneciano —con especificaciones técnicas escritas de Greiff— y algunos retratos hechos por Ricardo Rendón.

El testimonio de la relación del escritor con la subregión queda en evidencia, no solo al dibujos como este, sino también al saber que, por ejemplo, al corregimiento de Venecia, donde vivió, lo mencionó en más de 100 poemas. “¡Oh, Bolombolo! País exótico y no nada utópico en absoluto, seguramente, enjalbegado de trópicos hasta donde no más”, dice en El país del sol sonoro.

- Los indescifrables de Mariano Ospina para escapar de la cárcel

Cartas indescifrables de Mariano Ospina Rodríguez. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
Cartas indescifrables de Mariano Ospina Rodríguez. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.

Mariano Ospina Rodríguez, su esposa Enriqueta Vásquez (padres de Pedro Nel Ospina) y un sacerdote jesuita inventaron un alfabeto en clave para comunicarse y sacar de la cárcel al primero. En Eafit están los más de 160 papeles de 12 cm x 10 cm, a remedo de cartas basadas en letras y números, en los que apenas pueden descifrarse, tal vez adrede, frases como “Mi amiga querida...”.

Cada trozo de papel ingresó y salió de la prisión de Cartagena, durante el siglo XVIII, enrollado en las asas de las vasijas de barro que Vásquez ingresaba cuando visitaba al recluso. Gracias a esta correspondencia cifrada Mariano Ospina pudo darse a la fuga, escapando al fusilamiento planeado por Tomás Cipriano de Mosquera, para exiliarse en Guatemala.

Militares integrantes de la Cuarta Brigada han tratado de decodificar los mensajes y no lo han logrado. Son indescifrables, incluso más de tres siglo después del suceso. El conjunto de pequeños documentos llegó a través de la Fundación Antioqueña para los Estudios Sociales (Faes), biblioteca creada por Luis Ospina Vásquez en 1976, bisnieto de Mariano Ospina.

En la Universidad de Antioquia

- Diario de campo del sabio de Caldas (Francisco José de Caldas) en la Universidad de Antioquia

Diario original de Francisco José de Caldas. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
Diario original de Francisco José de Caldas. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.

En la primera página del cuaderno —en el que resaltan dibujos con pluma, de líneas delgadas y precisas— se lee en letras grandes el objetivo principal de las notas: “Ensayo de una memoria sobre un nuevo método de medir por medio del termómetro las montañas”. Sin embargo, el diario, siendo fiel a la personalidad del naturalista y botánico, terminó llenándose de conocimientos varios: botánica, biología y astronomía. Tan solo una veintena de páginas más adelantes se lee el siguiente título: “560 estrellas principales visibles en París, 1 de enero de 1800”. El Sabio Caldas se encargó de estudiar las “tinieblas de América”, como él mismo decía, llegando a sorprender incluso a ilustres personajes como José Celestino Mutis y el alemán Alexander von Humboldt, de los que además fue compañero.

Este diario viajó a un sinfín de países durante el siglo XVIII en las manos del naturalista colombiano, llegó a la biblioteca de la U. de A., en 1910, por donación de Carlos E. Restrepo, quien lo poseía entonces. En él está escrito: “Me lo obsequió el Sr. don Jorge Pombo”.

El sabio fue fusilado en Santafé, en 1816, durante la Guerra de Independencia. “España no necesita de sabios”, dijo el presidente del tribunal que lo juzgó.

- Planos originales del viejo Túnel de la Quiebra

El trazado y las mediciones hechas por el antioqueño Alejandro López, para graduarse como ingeniero civil de la Universidad de Antioquia, fueron el origen de una de las obras de infraestructura más importantes del departamento: el túnel que atravesó el alto de la Quiebra, en Santo Domingo (Antioquia). Gracias a él el ferrocarril pudo cruzar de largo sin tener que interrumpir su camino y trasladar la carga a lomo de mula hacia el otro lado, para continuar su paso hasta Puerto Berrío.

Al joven López nadie le creyó. Su tesis estuvo guardada en las estanterías de la universidad durante 25 años, hasta que en 1924 Francisco Cisneros apoyó sus ideas. En 1929 finalizó la construcción del túnel y el departamento se acercó al gigantismo de la modernidad: la montaña fue atravesada, como ya lo había dibujado López, a lo largo de 3.742 metros, siendo removidos más de 110.000 metros cúbicos de roca. Los restos del cuerpo del ingeniero, como lo pidió en vida, están hoy en la entrada.

En la Biblioteca Pública Piloto

- Cámara de la familia Rodríguez, de Benjamín de la Calle y la tradicional de Junín en la Biblioteca Pública Piloto

De izquierda a derecha: Century 9 de 1920; cámara adaptada para los poncherazos de Junín; cámara de Benjamín de la Calle. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.
De izquierda a derecha: Century 9 de 1920; cámara adaptada para los poncherazos de Junín; cámara de Benjamín de la Calle. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ.

La BPP exhibe con orgullo tres cámaras gigantes de al menos un metro y medio de alto y aproximadamente 250 kilogramos de peso (las tres juntas). La primera es una Century 9 de 1920, diseñada en el siglo XVIII por el estadounidense George Eastman (fundador de la marca Kodak). La utilizó la familia Rodríguez, de la que Melitón es el personaje más popular. Con ella se ejecutaron cerca de 80.000 negativos a través de distintas técnicas como el colodión húmedo, la placa seca y el ferrotipo.

La segunda es el artefacto fotográfico adaptado al poncherazo (la típica de Junín), una técnica casi extinta en la actualidad. La que está en la biblioteca perteneció a León Ruíz, un fotógrafo que aún vive y que tomó miles de instantáneas sorpresa con ella.

Finalmente, está la cámara de uno de los fotógrafos colombianos más importantes del siglo XX: Benjamín de la Calle, el primer fotorreportero de Antioquia quien, en 1904, cubrió periodísticamente al último fusilado de Antioquia, en el puente Guayaquil. En ese contexto Benjamín hizo una única solicitud: que no le dispararan en la cara al sentenciado, llevando así a la fotografía a tener, no solo una función socializadora, sino también socializante. Con ella capturó además la primera imagen fija de un travesti en el departamento, cuando serlo todavía implicaba el exilio o la muerte. El trío llegó por donación y compra (un 70 % - 30 % aproximadamente) de sus antiguos dueños.

En la Piloto, que es refugio eminente del pasado, también están los archivos personales de Haydee Eastman, defensora de los derechos civiles y políticos de las mujeres (hay correspondencia, documentos, artículos, etc); los del escritor colombiano Manuel Mejía Vallejo (en especial los planos de los dibujos de juguetes que él mismo diseñaba); los de Manuel Uribe Ángel, Marco Fidel Suárez, Carlos E. Restrepo, Ciro Mendía, Joaquín Antonio Uribe, Fernando Gonzáles y, entre las más consultadas, la correspondencia del Archivo Nadaísta.

En la Universidad Pontificia Bolivariana

- Facsimilar de un códice maya

Facsimilar del Códice Trocortesiano. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.
Facsimilar del Códice Trocortesiano. FOTO MANUEL SALDARRIAGA.

El original Códice Trocortesiano, nombrado así en referencia al español Juan de Tro y Ortolano que lo tenía en su poder cuando lo hizo público, es uno de los pocos códices mayas prehispánicos que queda, de los que se apropiaron y destruyeron los conquistadores europeos cuando llegaron a América. Su contenido hace referencia a los ritos dedicados a los dioses Itzamná y Kukulkán, y creencias relacionadas con actividades como la siembra, la cosecha y la caza.

El objeto, aunque es un facsimilar (una representación exacta del original), tiene un valor adicional porque hace parte del archivo personal de Belisario Betancur, donado por él mismo a la biblioteca en 2006 cuando la universidad cumplió 70 años. Lo hizo porque, según sus propias palabras, la biblioteca de la UPB no lo acogió, sino que lo “recogió” cuando era apenas un adolescente. En ella pasaba largas jornadas, trabajaba para costearse los estudios y, a veces, hasta dormía.

Dentro del conjunto de libros, objetos y demás documentos personales que dejó, está su máquina de escribir, la edición original (de 1768) de Historia de los Trabajos de Persiles y Sigismunda, de Miguel de Cervantes y una de las ediciones en quechua de Don Quijote de la Mancha, traducido por Demetrio Túpac Yupanqui. Así mismo, cerca de 80 objetos más de tipo facsimilar, que tienen precios desorbitados en el mundo de los coleccionistas, no solo por su naturaleza material, sino por lo que simbolizan.

En la Universidad Nacional de Colombia

- Máquina de escribir y mensaje en servilleta de Luis Fernando Lalinde

Máquina de escribir, propiedad de Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
Máquina de escribir, propiedad de Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.

Luis Fernado desapareció el 3 de octubre de 1984, a manos de militares del Batallón Ayacucho, en la vereda Verdún, del municipio de Jardín (Antioquia). Desde entonces y hasta su muerte, su madre Fabiola Lalinde, lideró lo que denominó la “Operación Sirirí” para encontrar su cuerpo.

Antes de su desaparición forzada, Luis Fernando le había regalado a Fabiola una botella de vino y una servilleta con un mensaje: “Doña Jodelina: le traje una botella heladita de vino (con las ganas que tenía). (...) Feliz cumpleaños en tu primer cuaternario”. Su voz permanece ahí. Un papel deleznable rescata su identidad. Así mismo, está en el archivo de la Universidad la máquina de escribir que era propiedad de Luis Fernando y con la que Fabiola mecanografió gran parte del acervo documental de su caso, fundamentalmente, el expediente que envió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA en 1990. “El material adjunto es apenas una muestra y un pálido reflejo del drama que las familias de los desaparecidos afrontamos diariamente, pero, a pesar de todo, abrigo aún la esperanza que sea de alguna utilidad y que un día, ojalá no muy lejano, el suelo Americano se libere de tan horrible flagelo”, dijo entonces.

Mensaje en servilleta escrito por Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.
Mensaje en servilleta escrito por Luis Fernando Lalinde Lalinde. FOTO JAIME PÉREZ.

Luis Fernando apareció ocho años después de iniciada su búsqueda, pero su identidad (su cuerpo había sido referenciado con el alias de Jacinto) tardó cuatro años más tras exhaustivas pruebas genéticas. El archivo completo de los hechos, por su valor, está inscrito también en la Unesco, en el Programa Memorias del Mundo.

- Diario de viajes de la familia Jaramillo Mora

Diario de viajes de la familia Jaramillo Mora. FOTO JAIME PÉREZ.
Diario de viajes de la familia Jaramillo Mora. FOTO JAIME PÉREZ.

Entre los archivos personales del profesor Jaime Jaramillo Uribe (pionero en la profesionalización de la historia en Colombia), su esposa, la antropóloga Yolanda Mora, y su hijo, el artista Lorenzo Jaramillo Mora hay siete tomos de diarios de viaje familiares con una belleza deslumbrante: fotografías, recibos, entradas a cine y anotaciones que dan cuenta de su trasegar por distintos países del mundo.

Su experiencia personal es profundamente académica y permite la observación de un entorno cultural, de una ciudad y un momento histórico determinado.

El archivo del historiador, contrario a lo que podría pensarse por su trayectoria intelectual, tiene poco de erudición. Hay sobre todo fotografías familiares, bloques de postales con anotaciones al reverso, registro de lo que comieron y bebieron.

Laura Franco Salazar

Periodista convencida de la función social de su profesión, de la importancia del apoyo mutuo, la educación y el arte.

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