Los beneficios de la meditación no solo se traducen en una mejor capacidad de concentración o en la reducción del estrés, la calma de la mente se convierte en tranquilidad corporal y con la práctica se mejora la postura. Aunque no hay estudios que comprueben los efectos positivos en tratamientos de enfermedades crónicas, la comunidad médica reconoce que puede ayudar al paciente a asumir una actitud positiva, lo que aumenta las posibilidades de éxito.
La técnica, que es parte fundamental del budismo, ayuda a enfocar la mente, lo que también ha sido utilizado por la psicología para que sus pacientes consigan los objetivos que se trazan en la consulta. El budismo no se opone a que se beneficie la comunidad con su práctica, sin embargo, no aprueba que se use para alimentar el ego.
Diez minutos de meditación diaria son suficientes para notar los cambios en el ritmo de vida. Estos son algunos pasos que el señala el curso de Atman Yoga para empezar la práctica.
Espacio: es necesario encontrar un lugar tranquilo para la práctica, se recomienda usar el mismo siempre para acostumbrar a la mente.
Tiempo: también es importante usar la misma hora del día. El amanecer y el atardecer son ideales, porque la mente está más libre.
Postura: sentarse con la espalda, cuello y cabeza en línea recta, mirando al norte o al este. Si no es cómodo, también se puede meditar tumbado.
Respiración: para conseguir un buen ritmo de respiración se debe comenzar con cinco minutos de respiración profunda y luego inhalar y exhalar en tres segundos.
Fuerza mental: no se debe hacer demasiado esfuerzo para dejar la mente en blanco, con ayuda de la respiración ella se va fijando en un punto.
Constancia: entre más tiempo se realice la práctica, más fácil será concentrarse. Esto ayuda a mejorar el control mental y regular el funcionamiento del cuerpo.