¿Sueña con un mundo en el que pueda usar su voz para abrir la puerta, cambiar la temperatura o encender las luces? Hasta hace unos cinco años este era un proyecto que solo podían realizar personas con dinero, dispuestas a invertir en su hogar, y con fe en la tecnología.
Hoy los hogares inteligentes no son un sueño atrapado en una película de ficción. Son una realidad, alcanzable y mucho más fácil de conseguir de lo que parece, según dice Idi Amín Isaac Millán, doctor en ingeniería de la Universidad Pontificia Bolivariana, quien trabaja en un programa para convertir el campus en un laboratorio de ciudad.
“Muchas de los hogares actuales ya incluyen algunos de los sensores y dispositivos de red necesarios para hacer realidad la casa inteligente”, escribió en 2012 en la revista Science Diane Cook, profesora e la Facultad de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad Estatal de Washington.
Isaac asegura que una casa inteligente “es la que cuenta con una serie de dispositivos, equipos y sistemas que le permiten aprovechar de una manera más eficiente la energía, la disposición de los residuos y en general ser más eficiente en el aprovechamiento de los recursos a partir de nuevas tecnologías”.
De esta manera, es inteligente la que aproveche una serie de sistemas conectados a internet para comunicarse entre ellos y tomar acciones a partir de los datos.
Cómo son
En estos espacios se aprovecha la información de los electrodomésticos, computadores, teléfonos inteligentes y otros dispositivos para satisfacer de manera intuitiva las necesidades de sus residentes.
El software juega aquí el papel de un agente inteligente al percibir el estado del entorno físico y quienes lo habitan, a través de sensores, interpretando esta información usando inteligencia artificial y ajustando automáticamente la iluminación u otros recursos basados en esos datos.