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¿Y qué tal ver La noche estrella, ese famoso cuadro de Van Gogh, en un movimiento?
Es lo que hace esta cinta.
No es una exageración: parece una película pintada por el mismo Vincent Van Gogh (1853-1890). Las cifras que rodean esta cinta demuestran por lo menos dos cosas: es una proeza artística y la vida del pintor holandés se sostiene por sí sola.
En la última película de Akira Kurosawa, Sueños (1990), uno de los personajes se introduce en un cuadro del pintor y comienza a vivirlo desde adentro. Se encuentra en el camino a Van Gogh en persona y le pregunta por su oreja recién cercenada, tan famosa: “Porque no podía dibujarla en mi último autorretrato. Entonces decidí cortarla”.
La vida del artista holandés fue controversial y llena de historias. Ningún otro ha atraído más leyendas. Considerado un mártir, un sátiro lujurioso, un loco, un genio y un vagabundo.
Las más importantes adaptaciones cinematográficas hasta ahora son las de Robert Altman y Vincente Minnelli, basadas en las cartas que le escribió a su hermano, Theo.
Loving Vincent es el primer filme del mundo pintado al óleo. Quiere decir que está dibujado a 12 cuadros por segundo (¡literal!), y en un metraje de una hora y media eso da la cifra de 65.000 pinturas dibujadas una a una durante 5 años.
Cada acción es grabada por actores primero y luego sobrepintada. Es un proceso muy similar a la rotoscopia, que consiste en reemplazar los fotogramas de una filmación real por dibujos calcados; solo que en este caso son pinturas.
Douglas Booth, intérprete principal, cuenta que para él actuar y pintar fueron dos actividades simultáneas: “Aquí ellos estaban añadiendo una capa de magia encima de lo que hice. Estoy compartiendo mi actuación con otro artista, un pintor, ambos estamos actuando al mismo tiempo, casi trabajando en el tándem”.
Se cree que el pintor se dio un disparo mortal a los 37 años, en un campo de trigos de Auvers- sur-Oise, Francia. Es lo que mejor se sabe.
Sin emba»rgo, la película plantea otras hipótesis de personajes que lo conocieron. Es casi una historia de espionaje: se ha comparado con El ciudadano Kane.
Cinco años tardó el equipo en realizar Loving Vincent, un ejercicio de animación sin competidores. Se le ha llamado una obra de arte en movimiento. Desde que el cine es cine, cuadro a cuadro aprendimos a ver las historias, así les falte una oreja.