Criptomonedas estables: existen, pero hay que encontrarlas

La estabilidad puede resultar un tema un tanto controversial en el mundo de los criptoactivos. Por un lado, hay quienes consideran que pensar demasiado en la estabilidad complica el acceso a las ganancias del sector cripto, que hoy parecen tan dependientes de la especulación. En sentido contrario, otras voces afirman que la alta volatilidad de estas innovadoras divisas es uno de los factores que causa rechazo entre los consumidores.

Más allá de posiciones encontradas, la estabilidad es un aspecto que, a la hora de considerar una inversión en divisas cripto, no puede pasarse por alto. Eso sí, sin olvidar que hay una buena noticia que no está a discusión: la estabilidad es un valor que ya nos ofrece la economía cripto de la actualidad. El reto está en saber ubicarla y reconocerla.

El factor de la volatilidad

La mayor parte de las criptomonedas en circulación está sujeta a la dinámica de la oferta y la demanda, tal como ocurre con otras mercancías y activos financieros. Esta condición conlleva un escenario inevitable: diversas situaciones (una crisis política, un desastre natural, una noticia de la industria, especulación financiera) pueden alterar el vínculo oferta-demanda, lo que, a su vez, tiene implicaciones en el valor de la divisa cripto, incrementando o desplomando su precio al público.

En el ámbito de las criptomonedas, esta exposición a la volatilidad es bien conocida. Por ejemplo, cuando bitcoin empezó a negociarse (trading) en julio de 2010, y parecía un tema que solo emocionaba a programadores y fanáticos de la tecnología, su precio máximo alcanzó -según CoinMerketCap (CMC)- los $0.08 dólares (USD). Once años más tarde (2021), con la divisa generando un gran entusiasmo en el mundo, bitcoin llegó a cotizar en el rango de los $60.000 USD. Para el momento en que redactamos estas líneas, mientras el sector cripto pasa por un periodo complicado, la criptodivisa tiene un precio que ronda los $19.000 USD.

El vaivén sin duda es impresionante. En un lapso de apenas 12 años, se vivió un gran incremento (de centavos de dólar a $60.000 USD, entre 2010 y 2021) y una súbita caída (de $60.000 a $19.000 USD, un déficit de $41.000 USD en cuestión de meses). Este nivel de volatilidad, habrá que aceptarlo, no es apto para cualquiera.

Las preguntas que hay que hacerse

Debido a que el sector de las criptomonedas nunca ha ignorado el desafío que supone el factor de estabilidad, se han desarrollado alternativas para las personas que no están interesadas en lidiar con la volatilidad. El ejemplo más conocido son las llamadas stablecoins (monedas estables), divisas cripto cuyo valor está vinculado a un activo del mundo real, lo que abarca dinero fiat, producciones agrícolas, reservas energéticas o minerales, acciones de empresas, entre otros.

Gracias a dicha característica, las stablecoins, en comparación con otras criptomonedas, tienen una menor exposición a la volatilidad. Una muestra de ello son Tether y USD Coin, dos divisas cripto con paridad 1 a 1 con el USD.

Por otro lado, esta clase de activos cripto también construyen su estabilidad al alejarse de la mera especulación financiera, y asociar su valor a proyectos con impacto social, ambiental o empresarial. Es así que se pueden encontrar stablecoins cuyo valor está respaldado por cosechas de granos o frutos, objetivos de desarrollo sustentable o acciones de startups innovadoras.

El desafío de encontrar la estabilidad en el ámbito cripto, en ese sentido, demanda una disposición crítica por parte del usuario. Si se descubre una divisa que promete ser estable, se deben averiguar aspectos clave, especialmente: ¿qué activo -o activos- respaldan el valor de la criptomoneda?; ¿qué organización -empresa, asociación civil, comunidad- está detrás del proyecto?; ¿qué trayectoria tiene la entidad que impulsa la iniciativa?; ¿cuál es el objetivo estratégico de la criptomoneda (rendimiento financiero, impacto social, comercio)? En contra de lo que se puede leer en muchos lados, la estabilidad no es una meta imposible de lograr en el sector cripto. De hecho, es una posibilidad accesible y, sobre todo, una muy buena idea.