Hace 17 años, personal médico de Sura (entonces Susalud), empezó a identificar en consulta diversas situaciones de de abuso y maltrato, que en muchas familias estaban normalizadas. Con esta información, se acercaron a la Fundación Sura, que respondió con la creación de Félix y Susana, un programa que tiene tanto de educación como de lúdica y entretenimiento, para que los niños y niñas aprendan tomar de decisiones informadas sobre su cuerpo, su vida y sus relaciones.
Le puede interesar: Manuela Mejía, la médica paisa que quiere tratar cuerpo, mente y espíritu
Desde entonces, el programa ha acompañado a cerca de 200.000 niños y niñas y más de 50.000 familias, no solo en Colombia, donde ha tenido presencia en 12 departamentos, sino también en El Salvador y República Dominicana.
Aun así, las cifras siguen siendo preocupantes. Solo en Medellín, según datos revelados por la alcaldía, entre junio de 2024 y junio de 2025, se registraron 690 llamadas al 123 por casos de violencias sexuales contra niñas, niños y adolescentes. De esos, el 43 % se originaron en el hogar, el 24 % ocurrieron en el transporte público y el 7% en el espacio público.
Hay mucho trabajo por hacer. Por eso, la Fundación Sura sigue ampliando el programa de Félix y Susana, que acaba de estrenar una nueva temporada animada y videojuegos diseñados para ayudar a la niñez a reconocer riesgos, cuidar su cuerpo y fortalecer su autonomía.
“Hablar con niñas y niños sobre su cuerpo, sus emociones y sus relaciones no solo previene la violencia, también permite que sus actos cotidianos se den desde la autonomía, el respeto y la empatía”, dice Tatiana Henao, coordinadora de educación de Fundación SURA.
Además, en estos años el programa también ha ampliado su red. Ya no sólo está en instituciones educativas, sino también en ludotecas, un hogar de paso, una casa de la cultura y una corporación cultural. Aunque el programa va más allá de esos espacios, pues casi todo el contenido que se ha desarrollado en estos años está disponible en la página web de la fundación, al alcance de maestros, familias, cuidadores y cualquiera que este interesado.
“Entendimos que no nos podíamos quedar solo en las escuelas porque hay muchos entornos que así no estén designados educativos, lo son y los niños necesitan estar protegidos y cuidados en cualquier espacio, y en todos esos espacios también debe haber claridad sobre la activación de rutas y de herramientas para que los entornos sean seguros y claros”, dice Henao.
Regístrate al newsletter