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El modelo cosmológico aceptado dice que el universo está en expansión y así las galaxias o grupos de galaxias se alejan unos de otros. ¿A qué velocidad?
Es una respuesta que más o menos se ha establecido desde que en enero de 1929 Edwin Hubble y colegas publicaron un artículo mostrando que las galaxias visibles desde la Vía Láctea se estaban alejando: no estaban quietas, estaban en expansión.
El hallazgo permitió establecer además la edad del universo: cerca de 13.700 millones de años.
Desde entonces, con distintos métodos, los astrónomos han procurado medir la velocidad de ese estiramiento cósmico. A comienzos del año pasado con el telescopio Hubble un grupo de astrónomos estableció que la tasa de expansión era de 73 kilómetros por segundo por megaparsec (3,2 millones de años luz).
Es decir, dos galaxias separadas por esa distancia se alejan a 73 kilómetros/segundo.
Para su estudio se basaron en estrellas de brillo variable, conocidas como cefeidas.
Otras mediciones se basan en las galaxias mismas o en cierto tipo de supernovas.
El caso es que los objetos al alejarse muestran un corrimiento al color rojo del espectro y de ahí se deduce la velocidad a la que se alejan. Si se acercaran el corrimiento sería al color azul.
Un dato nuevo
La semana pasada astrónomos de la Universidad de California en Los Ángeles publicaron un artículo en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, en el que midieron la expansión con base en cuásares.
Estos son objetos cuasiestelares de radiación muy intensa, relacionados con agujeros negros.
Así, midieron los cambios originados en la luz que llega de uno ellos, cuando ha sido doblada por un objeto muy denso delante de él, fenómeno con el cual se generan dos imágenes. Ningún estudio previo los había usado para determinar la tasa de expansión del universo.
Tomaron durante varios años esas imágenes para estudiar el retraso en la llegada de la luz, base de su cálculo.
Establecieron así que la constante de Hubble, que mide la expansión del universo es de 72,5 kilómetros por cada 3,2 millones de años luz.
Está de acuerdo con el rango de 67 a 73 que han establecido diferentes mediciones, incluida la del satélite Planck de la Agencia Espacial Europea de 67 a 69.
¿A qué se debe que se presenten esas diferencias? Tommaso Treu, uno de los investigadores de la Universidad de California cree que puede ser a que el universo es más complicado o que todas las mediciones estén erradas.
Lo cierto es que cuando en las noches vemos el cielo, muchos de esos objetos se están alejando de nosotros.