Después del trabajo paciente, durante este milenio, para reubicar a los habitantes de viviendas en predios invadidos alrededor de la quebrada La Iguaná, ahora el fenómeno se repite. Hay un nuevo grupo de familias que ocupan ranchos en las márgenes del afluente.
Durante los últimos cuatro años se produjo esta invasión, frente a la cual ya hay denuncias y procesos de retiro en trámite, pero ante la cual obra la protección de los organismos de derechos humanos oficiales y no gubernamentales. Habrá que intervenir con tacto, para que no se den atropellos ni confrontaciones.
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