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La inflación 2018, una buena noticia

Desde el punto de vista social, el principal efecto positivo del dato de 2018 está a favor de los grupos sociales de menores recursos. La baja inflación contribuye a preservar el poder adquisitivo de los salarios.

La inflación 2018, una buena noticia
10 de enero de 2019
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Infográfico

El nuevo año económico comenzó con la buena noticia de un dato de inflación anual de 3,18 % para 2018, valor que se encuentra dentro del rango meta de la política monetaria (2-4 %), y apenas por encima del punto medio de ese intervalo, la meta de largo plazo (3%). Se puede decir que la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) cumplió el objetivo de mantener el poder adquisitivo de los colombianos en el año que pasó y el balance es más que positivo porque preservar una baja inflación trae múltiples beneficios.

Desde el punto de vista social, el principal efecto positivo del dato de 2018 está a favor de los grupos sociales de menores recursos. La baja inflación contribuye a preservar el poder adquisitivo de los salarios y otros ingresos de los trabajadores y, también, ayuda a reducir los índices de pobreza y evitar mayor deterioro en la distribución del ingreso. Además, una inflación baja promueve el uso eficiente de los recursos productivos, disminuye la incertidumbre y estimula la inversión.

Desde marzo, la inflación se había mantenido relativamente estable a un nivel un poco superior al de la meta de largo plazo. Además, los diferentes indicadores de inflación básica, aquellos que excluyen los bienes que no responden a la política monetaria como energía y alimentos, cada vez más convergían al 3 %. Lo anterior significa que la inflación estaba controlada desde ese mes y los colombianos creían cada vez más en ese propósito y ajustaban sus expectativas de inflación en consecuencia.

No hay que olvidar que durante tres años consecutivos la inflación había finalizado el año por encima del rango meta. El detonante de esa situación fue el fenómeno de El Niño de 2015-2016 que afectó los precios de los alimentos y de la energía y, posteriormente, extendió su influencia alcista al resto de precios, minando en ese entonces la posibilidad de alcanzar la meta de inflación. Fue necesario subir las tasas de interés de intervención para que la inflación retornara a la meta, a lo cual contribuyó también el retorno de las lluvias, con lo cual la oferta de alimentos se estabilizó.

Sin embargo, sorprenden algunos aspectos del resultado de la inflación para 2018. Según el Dane la variación de los precios fue mucho más elevada que el promedio en los servicios regulados. El precio de la energía eléctrica merece un comentario especial, pues aumentó en el año anterior en 8,82 %. Estos precios administrados, no dependen de la política monetaria y es claro que es el gobierno el que debe actuar para contenerlos revisando sus fórmulas y determinantes, para contribuir de esa forma a mantener una inflación baja.

Son muchos los riesgos que se ciernen sobre la inflación y que la pueden alejar nuevamente del 3 %. Es inminente la aparición de un nuevo fenómeno de El Niño que puede afectar los precios de los alimentos y de la energía, y además tiene la capacidad de contaminar el resto de los precios. Existe un margen para la política monetaria y es que la economía está creciendo por debajo de su potencial; el margen se puede reducir si la economía empieza a crecer más rápido, con lo cual empezarán a aumentar las presiones inflacionarias. Ardua labor le espera a la JDBR para adelantarse a esos eventos y poder repetir en 2019 el éxito del año que terminó.

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