El Consejo Privado de Competitividad (CPC) presentó el Informe Nacional de Competitividad (INC) 2014-2015 el cual asume una posición más crítica sobre la realidad del país en materia de competitividad y, por tanto, es menos complaciente con el accionar gubernamental y hace evidentes los pocos avances alcanzados durante el último cuatrienio.
Manteniendo el foco de la visión propuesta para 2032 de que Colombia sea la tercera economía más competitiva de América Latina, en el Informe se establecen las acciones que en los campos más esenciales deben adoptarse, tanto en 2015 como durante el actual período de gobierno.
Como lo han evidenciado los informes del Foro Económico Mundial (FEM) sobre la situación y el desempeño del país en materia de competitividad, los magros resultados que se han tenido están asociados, en buena parte, a lo que la presidenta del CPC, Rosario Córdoba, llama “los enormes cuellos de botella que se concentran en lo que es la calidad de las instituciones, la infraestructura, la educación y la salud”.
Al no dárseles a los aspectos básicos de la competitividad la prioridad y la importancia que demandan no solo se restringen los avances en el desarrollo del país sino que, como ha venido ocurriendo durante los últimos años, nos rezagamos frente a nuestros pares latinoamericanos.
El INC de este año se refiere, además, a un aspecto esencial de la competitividad, los fundamentales microeconómicos, los cuales son la contraparte de los fundamentales macroeconómicos. Durante las pasadas décadas a estos últimos, que son condición necesaria para conseguir avances en competitividad, el país les ha dedicado grandes esfuerzos y ha obtenido resultados palpables.
En contraste, los fundamentales microeconómicos no han recibido igual atención, lo que se manifiesta en atrasos evidentes en muchos aspectos relacionados con el marco de incentivos y las condiciones para el desarrollo de los diferentes sectores económicos y los cuales se reflejan en las dificultades que manifiestan tener los empresarios.
Para superar dicha problemática, el Informe trae una completa y sustentada propuesta de Política de Desarrollo Productivo (PDP) que recoge los principios conceptuales y las experiencias internacionales en este tipo de políticas y acoge la posición que propone un conjunto de actores públicos y privados a nivel nacional y local.
La PDP pretende “crear las condiciones necesarias para la sofisticación y diversificación de la estructura productiva del país, lo cual constituye una pieza fundamental para asegurar un crecimiento económico sostenible”.
El Informe, al tiempo que cuestiona la eficiencia del Gobierno para la implementación de la Agenda de Competitividad, llama la atención sobre la responsabilidad que les cabe a los gobiernos locales y al sector privado.
Un punto a considerar es si adentro del Gobierno hay una entidad capaz de coordinar las acciones de las distintas instituciones, de tal forma que se asegure una ejecución eficaz de la Agenda.
Dados los planteamientos, los alcances y las propuestas del Informe Nacional de Competitividad, este debe constituirse en un insumo esencial para la formulación del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Ojalá que el Gobierno Nacional así lo considere, pues los avances en los pilares de la paz, la educación y la equidad demandan de un desarrollo vigoroso y sostenido.
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