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7 y 9
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UNO - Si hubiera que definir el tema principal del que habla Vikingos diría que es el silencio de los dioses. Desde el primer capítulo y hasta el último, los personajes principales estuvieron aturdidos por este silencio y con ferocidad buscaban una respuesta, un susurro, algún destello que se pareciera al retrato que conocen de sus deidades a partir de las historias repetidas una y otra vez alrededor de la hoguera o en las pausas de las batallas, cuando el único alivio es imaginar una muerte gloriosa para llegar por fin a ese salón donde héroes y dioses festejan por toda la eternidad. El silencio de los dioses esculpe la moral y el espíritu de guerreros y escuderas, crea también las fisuras que permiten entrar otros credos y sustenta sus decisiones y sus actos: traiciones, combates y hambre por recorrer las aguas del mundo en busca de nuevas tierras pero especialmente en busca de ese lugar en el que se ocultan las divinidades.
DOS - Ragnar Lodbrok es el héroe que empieza a desenredar el ovillo de la trama y su estirpe es la que llega hasta el extremo final, cuando ya no existe tal ovillo sino una línea larga y sinuosa marcada por el ansia de poder y una confrontación entre el bien y el mal que transcurre en un territorio borroso, pues pocas veces se identifica quién defiende cada bando. Sin embargo, el centro de gravedad de toda la serie es secreto y silencioso pues está soportado en los hombros de Lagertha y todas las mujeres que la rodean. Repito, el centro de gravedad de la serie es Lagertha: escudera, reina, amante y triste mártir de los azares proféticos sobre los que hacen equilibrio los vikingos, como funambulistas que se laceran las plantas de los pies con cada paso que dan sobre ese cable tensado del destino.
TRES - El final de la serie era previsible: solo triunfaría la muerte, pero sobre aquellas figuras que la buscaban como única manera de consolidar su leyenda. En el fondo, la otra vida que cada personaje esperaba alcanzar no tenía que ver con el Valhalla o el jardín del Edén. La vida después de la vida para cada guerrero que muere en batalla está en las historias que se seguirán contando, en las canciones, en esa evocación legendaria que se transmitirá de generación en generación por los siglos de los siglos. Así que el final sangriento para Ivar o Bjorn o el rey Harald no fue una sorpresa. La gema del último capítulo está en ese nuevo mundo al que llegan Ubbe y Torvi: el territorio que después será llamado América aparece como una tierra prometida, fértil, en la que todo es bueno y el mal todavía no ha echado raíces y la voz de los dioses cabalga en el viento. Hay una última imagen en la que Floki y Ubbe dialogan en la playa mirando hacia el horizonte donde muy muy lejos se encuentran el hogar convulso que dejaron. En sus preguntas y respuestas podrían fundarse nuevas profecías.
CUATRO - Muy lejos ya de la estruendosa caída de Game of Thrones, cuya temporada final demostró los errores que pueden cometerse cuando se apresuran los desenlaces de las tramas y se intenta satisfacer las volubles expectativas de la audiencia, la temporada final de Vikingos pudo resplandecer lejos de esa sombra. Fueron series que transcurrieron de forma paralela pero Vikingos fue opacada en cierto grado por la saga de George R. R. Martin, sin embargo, ahora en su despedida tuvo ocasión de marcar un nuevo precedente para las historias épicas e incluso dejar un terreno abonado para que el linaje de Ragnar Lodbrok continúe alimentando la leyenda.