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Columnistas | PUBLICADO EL 09 julio 2021

Un Estado incapaz

Por Ramiro Velásquez Gómezramirovego@gmail.com

El Estado y los gobiernos llegan tarde, cuando el daño está hecho. Es mentira cuando se anuncia algún proyecto controvertido y afirman que habrá vigilancia y control estrictos. Nunca se ha dado por incapacidad, negligencia o desinterés (para no pensar feo).

Los particulares avivatos (que no escasean) unidos a políticos, y con frecuencia a gobernantes y funcionarios públicos, hacen y deshacen.

En Colombia se corrige luego de los daños. Y muchas veces ni se solucionan las afectaciones ni es posible ya.

En Antioquia hay ejemplos contundentes y vigentes. Por el cable a Arví y la revitalización de Santa Elena vino la esperada ola de construcciones que la tienen al borde de la sed, sabiendo que no había capacidad.

Estaba prohibido construir, pero aún cuando la autoridad suspende una obra siguen para adelante con ella incluso en zonas de reserva, afectando el recurso hídrico y el patrimonio arqueológico.

En este diario se denunció cómo se ha reducido el sector agrícola en el Occidente con el auge de parcelaciones de todo tipo cuando se acercó la región con el túnel. Y lejos de solucionarse, crece el problema en áreas en las que el agua es oro.

Se levantaron más de 1000 viviendas cerca a cabeceras o en zonas rurales y agotaron el suelo. Y todo lo que falta. ¿No se pudo planificar?

Ni qué decir de Jericó, desbordado en su momento por el turismo religioso que causó demasiados trastornos a la vida de sus pobladores, situación que vive Llanogrande (Rionegro) con terribles aglomeraciones de fines de semana.

Hasta en las grandes ciudades se llega tarde al poblamiento de sitios inadecuados y a las construcciones irregulares, generando un grave y costoso problema.

Así quieren que se crea cuando se anuncia el fracking y un riguroso control, o la rociada con el cancerígeno glifosato. Cómo irá a ser ese ‘ahora sí’ cuando con frecuencia llegan noticias de derrames de crudo en diferentes regiones.

Asusta, por eso, que se pueda conceder permiso a proyectos mineros como Quebradona en Jericó y Támesis, de Anglogold Ashanti, que trastocará costumbres y sociedades, frenará la agricultura y afectará recursos bióticos e hídricos.

No en vano organismos internacionales han recalcado la incapacidad estatal de vigilancia y control, que se percibe hace mucho en otros asuntos críticos como minería ilegal, deforestación y extensos monocultivos en territorios de alta biodiversidad.

Queda esperar el desorden sin control en las tierras que abren las dobles calzadas.

Maullido: excelente que empiece a moverse la justicia para los 6402 asesinatos de jóvenes y campesinos en la seguridad democrática

Ramiro Velásquez Gómez

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