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Columnistas | PUBLICADO EL 22 febrero 2022

TikTok, el sello de lo hecho en China

TikTok, el sello de lo hecho en China
Por Beatriz de majo - beatrizdemajo@gmail.com
Infográfico

Por mucho que se esfuercen sus creadores y los promotores de la marca en tratar de desviar la mirada del mundo para demostrar la universalidad de TikTok, es imposible negar que la plataforma tiene un origen chino. Lo que desearían minimizar sus creadores no es su pertinencia o su eficiencia sino el hecho de que lleva impresa la marca del gigante.

Fue ese sello de origen lo que convirtió a TikTok en el objetivo de Donald Trump, cuando trató de endilgarle problemas de seguridad nacional. Recordemos que en 2021 Bytedance, la empresa creadora y dueña de la aplicación, fue emplazada desde Washington a vender sus acciones en 45 días a propietarios americanos so pena de ser borrada del espectro digital estadounidense. La preocupación gubernamental surgía del temor de que, a través de sus algoritmos, no solo fueran vigiladas las actuaciones de sus usuarios sino que se pudiera censurar el discurso político o que la plataforma fuera usada para divulgar desinformación. También el gobierno de la India en 2020 suspendió su utilización para sus habitantes, conjuntamente con las aplicaciones chinas de WeChat y AliBaba ( el Whatsap y el Amazon chino) por sospechar una afrenta a su seguridad nacional.

La aplicación tiene la virtud de que, a pesar de haberse originado gracias a las creativas destrezas tecnológicas chinas, ha conseguido copiar de las redes y plataformas de penetración digital de Occidente todo aquello que las hace atractivas a los ojos de los adolescentes del planeta. Allí reside su éxito. Mas de 700 millones de usuarios activos en el mundo, 100 millones de los cuales se ubican en Estado Unidos y 100 millones en Europa... y otros 700 millones en China.

Lo cierto es que gracias al impulso del gobierno central en Pekín, los sectores científicos del gigantesco país asiático sí se han empeñado en convertir al país en la potencia tecnológica mundial por excelencia. Es así como la industria de lo informático y digital se ha orientado en ese sentido con gran éxito y en detrimento de quienes han ocupado este destacado puesto en el pasado: los Estados Unidos. El gran temor de terceros países es que, desde lo alto del poder en China, se exija a estas empresas compartir con sus autoridades, con fines no ortodoxos, la información que recaban de sus usuarios. ¿Qué es lo que impediría que las actuaciones de determinados ciudadanos sean espiadas con inconfesables propósitos?

Pero seamos claros: la desconfianza es recíproca y, evidencia de ello, son los años en los que tanto Google como Facebook fueron impedidas de actuar en el espectro digital chino.

La sinofobia inveterada que fue alcanzada en Occidente debido a la avalancha de baratijas producidas a través de la inhumana explotación de grandes masas de trabajadores chinos de hace unos años ha derivado en una perversa matriz de opinión muy difícil de erradicar.

Así, la inocencia de TikTok nunca podrá ser probada aun cuando su objetivo evidente sea la atracción del gigtesco y despreocupado público juvenil

Beatriz de Majo

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