viernes
7 y 9
7 y 9
Nos quedan la música, la poesía o el silencio; que también son compañía, a veces el abrazo envuelve pero nos faltan brazos que acojan, qué o quiénes podrán acunarnos frente a tanta barbarie que estremece, a veces recuerdo canciones o ciertos poemas que actúan como placebo ante la muerte, hoy, antes que la opinión que confronta, prefiero la sensibilidad de otros que se han manifestado a través del arte, las noticias nos reafirman que rechazamos o nos negamos a avanzar en la construcción de un entorno en el que la venganza, el odio o el desprecio por la vida no sean la norma, el año pasado perdimos los avances logrados en la reducción de tasas de homicidios que venían cayendo desde el año 2011, estos se fueron al piso, en los departamentos de Antioquia, Córdoba y Nariño según la Fiscalía aumentaron más de un 3 %. Seguimos resolviendo con la muerte lo que nos cuesta entender o discutir con el vivo, este es el país de los caínes, en el que cada uno está presto a sacrificar a su hermano. Nuestra tasa de homicidios estremece, veintidós personas por cada cien mil habitantes, y si el año sigue como empezó, las estadísticas serán aún peores, los homicidios de Medellín o las muertes de los líderes que reclaman sus tierras o se niegan a ser parte del conflicto asustan, llueve sangre y acabamos de descubrir con horror que aquí también hay kamikazes dispuestos a dar la vida por su fe y a arrastrar por delante las ilusiones de otros, no es la racionalidad la que avanza, son sus sustitutos, fruto de la polarización y el odio, agitamos aún banderas que nos enfrentan, porque al parecer somos pocos los que aún creemos que toda idea debería ser territorio para el debate y la controversia en medio del respeto por la vida humana.
Hubo un tiempo en que fui hermoso
Y fui libre de verdad
Guardaba todos mis sueños
En castillos de cristal
Poco a poco fui creciendo
Y mis fábulas de amor
Se fueron desvaneciendo
Como pompas de jabón
Te encontraré una mañana
Dentro de mi habitación
Y prepararas la cama
Para dos
Es larga la carretera
Cuando uno mira atrás
Vas cruzando las fronteras
Sin darte cuenta quizás
Tómate del pasamano
Porque antes de llegar
Se aferraron mil ancianos
Pero se fueron igual
Quisiera saber tu nombre
Tu lugar, tu dirección
Y si te han puesto teléfono
También tu numeración
Te suplico que me avises
Si me vienes a buscar
No es porque te tenga miedo
Solo me quiero arreglar
Te encontraré una mañana
Dentro de mi habitación
Y prepararás la cama
Para dos
Te encontraré una mañana
Dentro de mi habitación
Y prepararas la cama
Para dos.
El jueves mientras los mezquinos trataban de sacar rédito político de los muertos en la Escuela de Policía recordé esta Canción para mi muerte compuesta por Charlie García en 1969 mientras se encontraba internado en el hospital del cuartel donde cumplía el servicio militar obligatorio, García fue miembro del dúo argentino Sui Generis, junto a Nito Mestre.
Soñé un país en el que la muerte nos venga a visitar sin sobresaltos. Soñé.