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Columnistas | PUBLICADO EL 05 septiembre 2021

¿Soñamos bonito?

Por Elbacé Restrepoelbaceciliarestrepo@yahoo.com

Tengo el vicio incurable de soñar despierta. Así como cuando uno se imagina todo lo que haría si se ganara la lotería, aunque no la compre. Solo que esta vez no estaba siendo muy generosa con lo que no tengo, sino que divagué largo rato sobre cómo debería ser mi candidato a la presidencia de Colombia.

El perfil me quedó de lo más bonito, si vieran, y en un mundo ideal sería casi perfecto. Aunque me parece oír a mi papá, con su pesimismo natural, diciéndome: “esto no lo arregla ni mi Dios con piones”, comparto los requisitos que debería cumplir aquel candidato a quien le daría mi voto:

Que no predique, practique, apoye ni promueva ideologías extremas de derecha ni de izquierda. Yo no sé si el centro pueda existir en política, hay quienes dicen que ni por el chiras, pero los extremos sí que son peligrosos. Como dice un amigo: “La extrema derecha es proclive a considerar que las desigualdades sociales son naturales y necesarias para tener una economía productiva. Y la extrema izquierda cree que hay que expropiar todo y dárselo a todos por igual”. ¡Ja! ¡Sobre todo a “todos”! No, no, no. Ni lo uno, ni lo otro.

Que conozca la diversidad cultural de nuestro país. Que tenga experiencia ejecutiva y solvencia administrativa. Que sea más estadista que administrador. Que su plan de gobierno enfoque el futuro tanto o más que el presente. Que tenga temple y mando, sin ser soberbio. Que no tenga compromisos dudosos por debajo de la mesa. Que convoque a todos los colombianos para trabajar unidos por el país, más allá de las ideologías. Que no promueva odios, divisiones ni rencores, que nos invite a sumar con el ejemplo. Que cuide lo que dice al hablar y al responder. Que sepa rodearse y asesorarse. Que sea claro en sus propuestas de gobierno y que explique qué, cómo y con quién lo hará.

Que tenga en la mira: Paz, equidad social, productividad nacional, desarrollo y calidad de vida para el campo y los campesinos, calidad en la educación y en la salud, fortalecimiento y saneamiento del poder judicial. Que emprenda una cruzada sin pausa contra esta corrupción y esta inseguridad tan espantosas. Que encuentre oportunidades en las propuestas de los otros candidatos, partidos y movimientos para fortalecer las suyas, con lo difícil que es manejar el ego. Que empeñe la palabra y se haga moler para cumplir sus objetivos en bien del país. Y muy importante: Que nos inspire confianza, credibilidad y respeto.

¿Muy soñadora? Puede que sí. Pero soñar bonito siempre es bueno. Y aclaro: no pienso que una sola persona pueda cumplir con todo esto, pero jamás votaré por alguien que represente lo contrario. En ese cartel tan abultado de candidatos presidenciales que empiezan a echarnos cuentos, hay muchos que no llenan ni el uno por ciento de los requisitos que deberían cumplir. En cambio, puede que haya dos, o tres, si acaso, que se acerquen bastante a este perfil. Y en esta columna creemos que, si bien no es fácil encontrarlo, tampoco es imposible. Falta mucho, pero creemos...

Elbacé Restrepo

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