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Columnistas | PUBLICADO EL 12 febrero 2019

El Siguiente ladrillo

Por Juan José Iral Rodríguez

Universidad Pontificia Bolivariana
Facultad de Psicología, 5° semestre
juan.iral@upb.edu.co

En estas épocas en las que las bases del plan nacional de desarrollo son comunes en grandes portadas y quizás llega a volverse una saturación en los diarios, se pone de manifiesto cómo será el progreso de la nación en los próximos años.

Esto le da una vitalidad al pensamiento colectivo de los diversos grupos con los que cada uno se identifica. Caen gotas sobre el paraguas de la opinión. Generalmente no se va a considerar el olor mojado del ladrillo que yace firme en su lugar como un árbol.

Las administraciones pasadas contribuyeron a esta construcción del muro del progreso con el que el país se ha fortalecido en los últimos años.

Es vital saber que si dejamos caer ese progreso adquirido ¿entonces cómo vamos a sonreírle a un cambio? Será entonces que la idea de unos de una sociedad que viva en la legalidad, y la de otros en la que la misma sociedad pueda vivir en vías de desarrollo dignos del siglo XXI y con una vida más digna de todos ¿se va a quebrar como un huevo contra una pared? La típica pelea del estudiante contra el profesor en los colegios.

Hay que dejar los personalismos y la falta de dominio sobre los egos de cada sector político. Pensar en el beneficio de todos para así creernos aquella frase que el año pasado inundaba los espacios publicitarios digitales “el futuro es de todos”. Seamos conscientes de que sin unidad no podemos reforzar al concreto gris con el que millones esperan construir un proyecto de vida digno.

Indudablemente hay problemas demasiado grandes que no tendrán una solución en este cuatrienio, pero esperemos entonces que llegue un material más fuerte para empezar a tapar los huecos de la desolación.

*Taller de Opinión es un proyecto de
El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.

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