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Columnistas | PUBLICADO EL 06 noviembre 2020

Los soberanos de Tailandia y los cielos

Por Edoardo Siani redaccion@elcolombiano.com.co

Hace una semana, un manifestante transgénero vestido con el atuendo tradicional de una reina se pavoneó por una alfombra roja en una calle del centro de Bangkok. Otro manifestante vestido como un paje de la corte, con tenis, la siguió, sosteniendo un paraguas rojo en alto al estilo de una sombrilla real. Una multitud se sentó en el suelo, postrada, con los ojos bajos, como se requiere en presencia de la realeza.

Durante siglos, los reyes y reinas de Tailandia han caminado bajo sombrillas que están codificadas por colores astrológicamente. Cada planeta está asociado con un color y un día de la semana, y la realeza tailandesa tiene parasoles en el color que representa el día en que nacieron. Este simbolismo es solo uno de los medios por los cuales la monarquía presenta su legitimidad como celestial, su mandato como divino. El Estado promueve varias historias y narrativas que celebran a los monarcas de Tailandia como semidioses o futuros Budas.

Pero ahora todo ese simbolismo está siendo cooptado por la gente. Durante varios meses, los manifestantes han realizado marchas y concentraciones pidiendo una nueva Constitución; que el primer ministro Prayuth Chan-ocha, el exgeneral que tomó el poder en un golpe de estado en 2014, dimita; y, de manera más radical, que la monarquía “verdaderamente”, como dicen los manifestantes, se acoja a la ley.

El rey Maha Vajiralongkorn Bodindradebayavarangkun, quien ascendió al trono a fines de 2016, inauguró su reinado pidiendo a la junta que enmendara su nueva Constitución, en parte para poder gobernar desde Alemania. En 2018, reclamó el control directo sobre los activos de la Oficina de Propiedad de la Corona, la fortuna de la familia real, por un valor de US$40 mil millones en ese momento. Ha restablecido un estatus especial para las concubinas reales, una característica definitoria de los reyes absolutistas de la antigüedad.

Las protestas pueden ser irónicas, pero son serias y peligrosamente atrevidas dada la severidad de los castigos por cualquier crítica a la monarquía. También son cosmopolitas y exquisitamente tailandesas. Los símbolos que toman prestados de las protestas a favor de la democracia en Hong Kong en 2015 y el año pasado (paraguas, camisetas negras, linternas en la noche) han adquirido un significado radical.

Una noche de abril de 2017, una pequeña placa redonda de latón que conmemoraba el fin de la monarquía absoluta en 1932 desapareció del pavimento de la Plaza Real. En su lugar apareció otro que exhortaba a los ciudadanos a adorar a los monarcas. Encontré gotas de cera roja en el sitio, evidencia de que las velas rojas, un sustituto moderno de la sangre de los sacrificios de antaño, se habían utilizado en un ritual religioso. Los periodistas que intentaban investigar lo sucedido fueron intimidados por agentes de policía; hablar del cambio inmediatamente se convirtió en tabú.

Y cuando esa placa fue reemplazada en 2017, algunos susurraron que la medida marcaba otra corrección, un regreso a los tiempos absolutistas preconstitucionales. El rey Maha es el décimo monarca de la dinastía Chakri.

Los manifestantes de hoy conocen muy bien este lenguaje de poder y cómo tomar prestado su simbolismo.

Nueve es un número auspicioso en gran parte del sudeste asiático, representa los nueve planetas y deidades planetarias en la cosmología hindú-budista tradicional. Un día a fines de septiembre, el noveno mes, nueve líderes de la protesta se arrodillaron en el terreno del desfile real frente al Gran Palacio de Bangkok. Mientras uno, vestido con la túnica blanca de un astrólogo de la corte, cantaba oraciones, los otros colocaban otra placa en un bloque de cemento fresco en el suelo.

También redonda y hecha de latón, decía: “Este país pertenece al pueblo. No es propiedad del rey, como nos han dicho engañosamente”.

La placa desapareció esa noche. Pero pronto aparecieron numerosas réplicas en otros lugares, más allá del alcance inmediato del Estado, como memes de Internet y en pegatinas, imanes, tatuajes, camisetas y parrillas para asados. Durante siglos, la propaganda oficial ha presentado el mandato de los reyes de Tailandia como divino. Ahora los manifestantes se están apropiando de ese simbolismo para coronarse como los legítimos soberanos del país.

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