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Columnistas | PUBLICADO EL 23 enero 2021

La unidad es el camino

Por ALDO CIVICOaldo@aldocivico.com

El miércoles pasado, unos minutos antes del mediodía, en un día soleado y frío, desde el Capitolio, Joe Biden se dirigió por primera vez como presidente de los Estados Unidos a sus compatriotas y al mundo. Imposible no verlo sin pensar en las imágenes de hace dos semanas, cuando una horda feroz, con intenciones golpistas, asaltó aquel templo de la democracia. Imposible no notar la ausencia del expresidente Trump, quien unas horas antes, solo, sin ni siquiera el saludo y la presencia de quienes hasta hace unos días le eran absolutamente fieles, abandonó la Casa Blanca; una ausencia liberatoria. El nuevo presidente ha hablado desde la profundidad de una herida abierta, como alguien a quien aquella herida le duele y que por eso no se rinde frente a la división, ni la acepta como a un estado normal de las cosas. Sobre aquella herida, el presidente Biden no ha querido espolvorear sal, sino un bálsamo, para empezar a sanarla. Desde uno de los grandes inviernos de la democracia de Estados Unidos, el nuevo presidente ha querido recordar que una nueva primavera es posible. Ha hablado con realismo enmarcado en esperanza y optimismo, sentimientos que Biden ha aprendido a cultivar en medio de las grandes tragedias personales que han plasmado su mirada sobre la vida.

Por su autenticidad, integridad y sabiduría, percibí a Joe Biden como a un curandero que solamente con su presencia y calma, es capaz de levantar, trascender, transformar. “Toda mi alma está en unir a Estados Unidos, a nuestro pueblo, a nuestra nación”. Invitó a todos los ciudadanos a sumarse a esta causa, “Que nos unamos para luchar contra los enemigos que nos esperan: la ira, el resentimiento, el odio, el extremismo, el desorden, la violencia, la enfermedad, el desempleo, la desesperanza”. ¿No debería ser este el compromiso y el propósito, no solo del presidente de los Estados Unidos, sino de cada líder político elegido democráticamente?, ¿de unir y no dividir, de reconciliar y no odiar, de sanar y no polarizar? “Con unidad podemos hacer grandes cosas, cosas importantes”. Porque la unidad es la esencia de la humanidad, es lo que somos. “La historia, la fe y la razón nos enseñan el camino. El camino de la unidad. Podemos vernos unos a otros no como adversarios, sino como vecinos. Podemos tratarnos unos a otros con dignidad y respeto. Porque sin unidad no hay paz, solo amargura y furia; no hay progreso, solo ira agotadora. No hay nación, solo una situación de caos”.

¿No son estas las clases de palabras que pueden vibrar también en lo más profundo y genuino de cada colombiano a quien le duelen las divisiones, la polarización, las muertes, y aspira a una paz auténtica? Me pregunté, ¿Cómo sería si empezaran a dolernos las divisiones y las separaciones, en lugar de considerarlas como algo normal? Recitó la joven poetisa Amanda Gorman, una mujer afroamericana de 22 años, cerrando la ceremonia de inauguración, “Siempre hay luz si tan solo somos lo suficientemente valientes para verla. Si tan solo fuéramos suficientemente valientes para serla”. ¿Nos atrevemos a tener el coraje de ser unidad?

Aldo Civico

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