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Columnistas | PUBLICADO EL 12 julio 2021

La última bocanada de Hong Kong

Por Louisa Lim

Solo tomó seis días cerrar el periódico Apple Daily.

Que el final pudiera llegar de manera tan rápida al tabloide favorable a la democracia, que en 26 años nunca rehuyó criticar a Beijing, es una medida de la brutalidad de la represión en Hong Kong.

El jueves 17 de junio, 500 agentes de policía allanaron las oficinas del periódico y arrestaron a cinco miembros del personal bajo sindicación de “confabulación con naciones extranjeras”, por artículos que pedían sanciones a Hong Kong y China. Para el miércoles siguiente, el periódico estaba imprimiendo su edición final, sin poder operar porque el gobierno había congelado sus cuentas.

Y así, otra de las instituciones de Hong Kong desapareció.

El cierre de Apple Daily representa una severa reducción de la libertad de prensa. Como dijo la periodista Daisy Li Yuet-wah, ya no hay solo líneas rojas para los medios de comunicación, sino una red roja, o incluso un mar rojo.

Ese mar rojo ahora está inundando a Hong Kong. El 21 de junio, un hombre que colgó una bandera con un lema de protesta prohibido fuera de su casa fue detenido con una bolsa en la cabeza, bajo sospecha de pronunciar palabras sediciosas. Libros han desaparecido de los estantes de las bibliotecas, se está introduciendo un nuevo sistema de censura de películas y los libros de texto se están reescribiendo con un enfoque de seguridad nacional.

Los habitantes de Hong Kong han experimentado una letanía de pérdidas durante el año pasado, ya que una amplia ley de seguridad nacional impuesta en junio pasado ha socavado instituciones respetadas. La preciada independencia del sistema judicial ya no existe. En un movimiento siniestro, los políticos pro-Beijing bloquearon este mes un nombramiento judicial.

La enérgica escena política de la ciudad se ha visto sofocada por una reforma electoral que impide que los candidatos a favor de la democracia se lancen. Todos los candidatos ahora tienen que someterse a una investigación policial que garantizará que solo los “patriotas” se sienten en la legislatura.

Muchas de las figuras más conocidas del campo pro-democracia ya están tras las rejas: 47 fueron acusados en febrero de conspiración para cometer subversión después de celebrar primarias informales para los candidatos; otros han sido encarcelados por reunirse ilegalmente por asistir a las protestas. Esta es una purga política de la vieja escuela llevada a cabo por la “guerra de la ley”, utilizando el sistema legal como arma. El efecto es criminalizar a una generación de políticos y activistas.

Los habitantes de Hong Kong temen cuál será el próximo objetivo después de Apple Daily. Las ondas rojas están lamiendo los medios de comunicación digitales: Stand News, a favor de la democracia, ya está eliminando el contenido en línea. Otros se preguntan si el mar rojo inundará los medios de comunicación internacionales, que podrían sentirse obligados a retirar a los corresponsales restantes de Hong Kong por su propia seguridad mientras el gobierno prepara una legislación para combatir las “noticias falsas”.

Muchos coinciden en que lo peor aún está por venir. Utilizando la historia como guía, la académica china Geremie Barmé predice que los programas y centros de reeducación serán el próximo paso en la campaña de Beijing de control ideológico coercitivo.

Y, sin embargo, muchos hongkoneses están decididos a seguir lo que ven como el camino moral correcto, sin importar el costo. Jimmy Lai, el fundador encarcelado de Apple Daily, es un ejemplo. Él predijo acertadamente que la legislación de seguridad nacional haría que el funcionamiento de la prensa libre “no solo fuera difícil sino peligroso”, sin embargo, ha prometido continuar. “Lo que me motiva es que creo que estoy haciendo lo correcto”, me dijo cuando lo entrevisté en junio pasado.

Beijing, tan acostumbrado a hacer cumplir su voluntad por decreto, parece estar acelerando sus movimientos para convertir a Hong Kong en otra ciudad del continente. Pero debe tener en cuenta las palabras de la carta de despedida de Apple Daily: “Cuando una manzana se entierra bajo el suelo, su semilla se convertirá en un árbol lleno de manzanas más grandes y hermosas”

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