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Columnistas | PUBLICADO EL 25 abril 2022

La marcha continúa

Por María Bibiana Botero C.

Han pasado veinte años. Mis hijos desconocen esta historia. Miles de jóvenes ignoran esos momentos por los que hemos navegado y seguimos haciéndolo. Debemos ser la memoria de las nuevas generaciones.

Por María Bibiana Botero C.* - www.proantioquia.org.co

Hay una imagen y un dolor que debemos mantener en la memoria y el corazón. Atesorarlo para recordar lo que hemos sido, lo que somos y hacia dónde vamos. Les hablo de unos caminantes que creyeron que la ruta de la No Violencia era el camino correcto, uno posible para esta región y país que han estado habitados por la tragedia.

Han pasado 20 años desde que Guillermo Gaviria, gobernador de Antioquia, y Gilberto Echeverri, su asesor de paz, cruzaron el puente del Vaho en Caicedo, Antioquia, en busca de la paz. No regresaron. La historia de este pesar arrancó el 17 de abril de 2002, cuando salieron rumbo a ese municipio del occidente del departamento con la intención de acompañar a sus habitantes, que permanecían bajo el asedio de la guerrilla, bloqueados, porque, entre otras infamias, no se les permitía sacar la producción de café, pilar de su economía.

Cuatro kilómetros antes de llegar a su destino detuvieron la marcha. El entonces gobernador y su asesor de paz se despidieron: “Ya regresamos”. Los marchantes, que acompañaron con devoción esa causa, esperaron a los líderes. La noche llegó y con ella un silencio de pavor. La noticia de que las Farc los había secuestrado se regó: “Se los llevaron”.

El departamento se percibió a la deriva. Dos líderes asombrosos fueron secuestrados. Su cautiverio se prolongó por más de un año.

De vez en cuando se recibieron noticias, pruebas de supervivencia. Asomos de fe: “Espero regresar, ojalá pronto, para seguir esa búsqueda de caminos y soluciones que conduzcan a nuestro país por una senda más justa y equitativa... pero si Dios quiere que yo muera mientras estoy en estas circunstancias, quisiera que mi familia, mi gente y el gobierno fueran informados prontamente para que la vida y los trabajos que tengo bajo mi responsabilidad puedan seguir”, escribió desde su cautivero, con esa brillantez y altura que lo caracterizaron, el exministro y expresidente de Proantioquia, Gilberto Echeverri.

¡Y los mataron! A él, al entonces gobernador Guillermo Gaviria y a ocho militares más, compañeros de secuestro. En el intento de rescate de las fuerzas militares los secuestradores eligieron dispararles.

Hago la descripción con detalle porque pasaron veinte años. ¡Mucho tiempo! Mis hijos desconocen esta historia y, como ellos, miles de jóvenes ignoran esos momentos por los que hemos navegado y seguimos haciéndolo. Debemos ser la memoria de las nuevas generaciones.

La apuesta y credo del actual gobernador Aníbal Gaviria, y de su hermano asesinado Guillermo, por la defensa de la vida, debe persistir. Una sola cifra para turbarnos: entre 2004 y febrero de 2022 fueron asesinadas en Antioquia 41.917 personas. ¿Qué hemos aprendido? ¡Hasta cuándo nos seguiremos matando!

Es obligación nuestra honrar la vida de quienes se han ido por escudar valores supremos y convicciones como la libertad, la equidad y la vida.

“Si no estoy cautivo, sino que he sido asesinado, mi espíritu estará rogando por la paz de Colombia”: Guillermo Gaviria Correa, abril de 2002.

Que la marcha continúe

* Presidente ejecutiva de Proantioquia.

Proantioquia

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