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Columnistas | PUBLICADO EL 10 enero 2023

Innovación en la izquierda

El mejor modelo es el que es capaz de construir sobre las buenas experiencias, ir piloteando nuevas, y buscar el cambio sin poner en riesgo el sistema e introduciendo mejoras que beneficien a la sociedad.

Por Juan Camilo Quintero M. - @JuanCquinteroM

Iniciamos un año 2023 lleno de esperanza pero, a la vez, de incertidumbres asociadas a los temas geopolíticos globales y por supuesto a las expectativas del desempeño de Colombia este año.

Por primera vez tenemos un gobierno de izquierda que ha generado todo tipo de opiniones derivadass, no solo, de los anuncios del presidente Petro, sino también del desempeño que han tenido los diferentes gobiernos de izquierda en Latinoamérica. Ansiedad y un sin número de cábalas, la mayoría asociadas a lo vivido en la región, nos ofrecen resultados desiguales en este sentido que acrecientan las dudas.

El actual gobierno se ha atrevido a hacer anuncios y cambios hasta ahora impensados. Cierra un 2022 con una reforma tributaria que estamos empezando a sentir, la inflación por las nubes impactando fuertemente las familias de más bajos ingresos aunada a una fuerte devaluación que agudiza el problema. Y a lo anterior se le suman anuncios reformistas bastante estructurales alrededor de las pensiones, lo laboral, la llamada paz total y la reforma al Código de Minas, que termina siendo la ruta estratégica para alentar o desestimular la inversión nacional y extranjera en el sector.

Algo que se aprende en Ciencia, Tecnología e Innovación es que los procesos de cambio alrededor de las innovaciones incrementales y radicales se dan por fases, siempre alrededor de pilotos que permitan ir testeando y mitigando el riesgo y, corrigiendo en el camino si es del caso. Lo anterior se da antes de salir masivamente al mercado, no solo en startups y pequeñas compañías, sino especialmente en las grandes empresas que, gracias a sus estructuras más pesadas y lentas, no pueden correr grandes riesgos asociados a la improvisación de lanzar productos y servicios sin haberlos probado a menor escala. Algo similar sucede con el Estado.

Creo que tanto en la izquierda, como en la derecha y en el llamado centro hay posiciones altruistas que buscan el bienestar de la sociedad, basadas en diferentes modelos de desarrollo. Pero al final, el mejor modelo es el que es capaz de construir sobre las buenas experiencias, ir piloteando nuevas, y buscar el cambio sin poner en riesgo el sistema e introduciendo mejoras que nos beneficien a todos como sociedad.

Implementar el escenario de la disrupción en el sector público, donde hay tanto en juego, sin tomar el tiempo necesario para buscar probar ciertas reformas en un mundo interconectado, complejo y veloz, parece bastante riesgoso si pensamos en el corto y mediano plazo. Creería que, si el actual gobierno apuesta por introducir reformas incrementales, realizando benchmark de muchas de las ideas que se tiene y, bajándole un poco al ritmo a la disrupción en las reformas, tendría mayor éxito.

Juan Camilo Quintero

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