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Por Jhon Jaime Jaramillo Peláez - opinion@elcolombiano.com.co

Dilemas de la vida diaria para los ciudadanos

31 de enero de 2024
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Por Jhon Jaime Jaramillo Peláez - opinion@elcolombiano.com.co

Hablo de Medellín, y hablo solo de algunos profesionales de la medicina. No generalizo al resto del país ni a toda la profesión, pues no me consta. Paso a relatar lo que sí: conseguí las citas con los especialistas de la prepagada, pagué los vales del copago. Salgo de la primera consulta con un largo listado de productos que debo aplicarme. El doctor me dice que su asistente (que no secretaria) me informará sobre ellos (los productos). Ella saca varios frasquitos, y me dice que son $450.000. Le pido que me deje ver uno, diminuto, y veo que solo hay una etiqueta sin mayor información, en la que se dice que ese producto se elabora para el doctor fulanito de tal. No reciben tarjeta, solo pago en efectivo. Digo simplemente que no llevo, y me retiro. Dos semanas después, ante otro especialista, pasa 90 por ciento de lo mismo.

Y las otras dos: debo pagar cita particular. Una de ellas hace una pantomima en el consultorio como si hubiera hecho un examen con un microscopio. Al salir, aparte de la cita, son $80.000 más por el “examen” del que ni ella ni su “asistente” me advirtieron nada. Hay que pagar en efectivo. Sin recibo. Al pedirlo, no hay disimulo alguno en el disgusto. Me dan, después de largo rato de espera, un recibo de caja de minerva, como en la tienda de la esquina. Días después, otro tanto en distinto consultorio: no tarjeta, solo efectivo y nada de facturas, aparte de fórmula de “medicamentos naturales” con la directriz muy enfática de que se deben conseguir en determinada “farmacia”.

Evasión/elusión tributaria desde tiempos inmemoriales. ¿Reportarlo a la entidad correspondiente, cuyo nombre olvido? Qué risa: optar entre evasores o Estado ladrón que reparte tu plata entre sus propios bandidos para que “vivan sabroso”.

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Por Jhon Jaime Jaramillo Peláez - opinion@elcolombiano.com.co

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