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La aplicación de medidas restrictivas en Estados Unidos y Europa, la cancelación de vuelos comerciales internacionales desde Colombia, la crisis económica global y las nuevas medidas de bioseguridad para los empleados en un sector intensivo en mano de obra formaron la tormenta perfecta para el sector floricultor, este año.
Así lo estiman los investigadores del Sector Agroindustrial de Bancolombia, gerenciados por Jhon Fredy Escobar, quienes anotaron que esta actividad experimentó una reducción en sus exportaciones del 19 % entre mayo y agosto, comparado con el mismo periodo de 2019.
Posteriormente, una vez las medidas restrictivas del aislamiento disminuyeron en los principales mercados y las economías comenzaron un proceso de reactivación, la compra de flores repuntó al alza, incluso por encima de las expectativas, al punto que el decrecimiento de las exportaciones en dólares acumuladas a octubre de este año fue de un 5,8 % si se compara con el mismo periodo del año anterior.
De acuerdo con las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) esas ventas pasaron de 1.265,9 millones de dólares entre enero y octubre de 2019 a 1.192,1 millones en los mismos meses de este 2020. Este sector genera en el país unos 140.000 puestos de trabajo, principalmente, en Cundinamarca, Eje Cafetero y Antioquia (17.500 empleos).
Las diferencias entre las temporadas de compra y la dinámica de los mercados explican el porqué unas variedades de flores se han comportado mejor que otras.
Aunque la reducción en la exportación de flores fue generalizada, existen diferencias importantes por tipo de flor, explicó el grupo de Escobar. Así, mientras la rosa tiene la principal fecha de consumo en San Valentín (14 de febrero), temporada sin afectación por la covid-19 este año, otras como los crisantemos y los claveles tuvieron como principal fecha de consumo el Día de la Madre (en mayo) y Pascua (en abril), épocas durante las cuales los principales destinos de exportación experimentaron restricciones, y eso explica su mayor caída en exportación.
Esta misma situación es clave de cara a lo que será 2021, y es probable que el éxito en la venta de rosas en febrero, cuando se vuelva a celebrar San Valentín en Estados Unidos, dependa en alguna medida de cómo avance el programa de vacunación en ese país.
Desde la óptica de Augusto Solano, presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), pese a las complicaciones que trajo este 2020, desde ya se ven buenas expectativas para la celebración del San Valentín, en febrero próximo.
“Pensamos que hay buenas perspectivas, la gente se ha vuelto más sensible y hemos activado el Plan Pétalo que es trabajar coordinadamente con todas las autoridades en el país, y a los compradores les hemos dicho que hagan sus pedidos con anticipación para poder planear las siembras y el trabajo en las plantaciones y cumplir con sus demandas”, dijo (ver Informe).
Sobre la dinámica de los mercados, como el de Estados Unidos hacia donde se despachan el 80 % de las flores, Solano afirmó que está respondiendo bien. “Europa ha estado más afectado por los cierres, y el principal problema que hemos tenido es de transporte aéreo, pues no ha habido suficiente capacidad y las tarifas se han aumentado, en algunos casos, hasta el triple. Pero, en términos generales hemos sorteado con éxito la contingencia, también logramos mantener el empleo y proteger la salud de los trabajadores”, comentó el dirigente gremial.
En línea con el análisis de Bancolombia, Solano dijo que el San Valentín de 2020 fue muy bueno, y a febrero la exportación de flores aumentó un 7 %. “Los meses más difíciles fueron marzo y abril, y el Día de la Madre, en mayo, no fue tan malo. El comportamiento del mercado ha sido distinto y en el verano, por ejemplo, las ventas bajaban mucho porque la gente salía a vacaciones. Pero, como la gente este año se quedó en las casas, consumió más flores comercializadas a través de supermercados, compensando algo de los meses que tuvieron las restricciones más severas”, añadió el dirigente gremial en diálogo con EL COLOMBIANO.
Lo que si estuvo muy impactado fue la demanda de flores para eventos. “Los matrimonios, las convenciones y grandes encuentros sociales, todo eso se acabó”.
A su turno, desde la presidencia de Tahamí & Cultiflores, Federico Cock, señaló que por ahora hay mucha planeación y expectativas de cara a los desafíos que planteará el año que viene. “Somos optimistas porque hay muchos pedidos para San Valentín, pero persiste la incertidumbre de posibles cierres y hay preocupación por lo que pueda ocurrir con el aumento de los brotes de la covid”.
En los invernaderos de esta empresa, ubicados en el Oriente antioqueño, ya arrancaron las siembras para atender los compromisos con los clientes en el exterior. No obstante, el empresario manifestó que en su caso le tocó reducir el plan de cultivos en comparación con el de hace un año, aunque sin precisar la magnitud de esa merma.
Vale anotar que mientras el presidente de Asocolflores insistió en que las empresas afiliadas a este gremio pudieron preservar el empleo sin cerrar sus operaciones, Cock expresó que conoce de por lo menos cinco compañías que se quebraron, mientras que otras, como la suya que está inmersa en un proceso de reorganización societaria desde 2014, sigue a la espera de poder acceder a alguna línea de crédito.
Por su parte, Marcos Ossa, director de Asocolflores en Antioquia, indicó que la apuesta de esta actividad agroindustrial es comenzar un buen 2021 con una temporada favorable de San Valentín (en febrero de este año se despacharon 660 millones de tallos).
“Pensamos que la pandemia ha llevado a que las familias se acerquen más, los sentimientos afloren y a que los detalles sencillos y de cariño que involucren flores, podrían darle un impulso a los negocios”, concluyó Ossa