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Castillo enfrenta su primera prueba de fuego política en Perú
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El gobierno de Pedro Castillo necesita que por lo menos 66 legisladores de 130 le den su voto de confianza. Foto: EFE
El nuevo presidente peruano, Pedro Castillo, enfrenta a un mes de su posesión la primera prueba de fuego de su mandato. Durante la mañana y tarde de este jueves pedirá al Congreso Nacional el voto de confianza a su gabinete ministerial, un requerimiento que impone la Constitución y que revelará un balance de fuerzas.
Según lo dicta la ley, Castillo necesita que 66 legisladores le den su voto de confianza, 66 de 130 parlamentarios. Los medios locales adelantaban que el gobierno cuenta ya en el bolsillo con 57 votos; en contraste, un número similar de parlamentarios estaría decidido a negar la confianza, lo que asegura que cualquier decisión, a favor o en contra, será estrecha. Castillo no ha tenido un comienzo fácil.
Su Gobierno ya ha enfrentado crisis con el rechazo inicial a su jefe de ministros, Guido Bellido, que justo hoy liderará la petición de confianza en el Congreso, por su cercanía con la izquierda radical; también ha renunciado su ministro de exteriores, Héctor Béjar, después de que señalara a la Marina peruana de iniciar la era de terrorismo que el país vivió entre la década de los 80 y los 2000.
Esto le ha restado popularidad. Según un sondeo reciente del Instituto de Estudios Peruanos, el respaldo a Castillo cayó a 38% en su primer mes de mandato, frente al 53% que tenía antes de asumir el 28 de julio. Si durante este jueves el Congreso le niega el voto de confianza, el presidente deberá sustituir a todo su gabinete. Este rechazo parlamentario puede repetirse por una segunda y hasta por una tercera vez.
Al tercer rechazo, Castillo podría disolver el Congreso y llamar a elecciones legislativas. Pocos quieren que eso pase. La inestabilidad ha reinado en los últimos años en Perú. En cuestión de cinco años, el país ha tenido seis presidentes (Ollanta Humala; Pedro Pablo Kuczynski; Martín Vizcarra; Manuel Merino; Francisco Sagasti; y Pedro Castillo). Si la incertidumbre es propia de la democracia, en Perú parece haberse llevado al extremo.
Castillo se juega hoy un inicio acorde al propósito que buscaba que su elección representara: el regreso de la estabilidad y la unidad a su país. Para eso necesita que el Congreso deposite su confianza en él.
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