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Los jefes de Estado de EE.UU., México y Canadá se reunieron en la IX Cumbre de Líderes de Norteamérica, que no se realizaba desde hace cinco años. En la seguidilla de encuentros trataron controvertidos puntos en sus relaciones exteriores como la migración, las importaciones desde China y el deterioro de la democracia en el mundo.
Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, conocido en su país como Amlo, le agradeció al mandatario estadounidense Joe Biden por no tratar a México como su “patio trasero”. Y aseguró que el trato entre los dos países se ha dado “entre iguales”.
Sin embargo, Amlo le pidió a EE.UU. “dejar de rechazar a los migrantes”, porque los necesita para su crecimiento económico, una solicitud que extendió también a su homólogo de Canadá, Justin Trudeau.
“¿Por qué no estudiar la demanda de mano de obra y abrir ordenadamente el flujo migratorio?”, planteó López Obrador. El líder mexicano también abogó por “definir de manera conjunta objetivos muy precisos y hacer a un lado mitos y prejuicios”.
Por su parte, en reunión con Biden, Justin Trudeau subrayó la importancia de reactivar las economías de ambos países y trabajar por la clase media.
Otros temas controvertidos
Pese a la cordialidad que manejaron durante su reunión, los mandatarios de los tres gobiernos tienen hondas diferencias que los distancian en temas claves y que se dejaron ver durante su agenda.
Antes del encuentro en Washington, Trudeau había dejado claro que considera injusto para Canadá el proyecto de Biden, que pretende incentivar la compra de vehículos eléctricos que estén fabricados en EE.UU.
No obstante, en el inicio de la reunión Biden reconoció que está evaluando cambios en esos incentivos para contentar a Ottawa.
Luego, durante una reunión conjunta Amlo les propuso a los demás mandatarios impulsar la economía regional, con el objetivo de importar menos productos desde Asia. “¿Por qué no podemos producir en América del Norte lo que consumimos? Claro que sí. Es asunto de definición y de estrategia económica regional”, aseguró Amlo en su intervención, que estuvo llena de elogios para Biden y su cambio de discurso con México, que había sido duramente criticado durante el gobierno de Donald Trump.
Si bien antes de que iniciara la cumbre funcionarios de alto rango del Gobierno estadounidense dijeron en rueda de prensa telefónica que Biden se iba a referir a las elecciones en Nicaragua de comienzos de noviembre, al cierre de esta edición no se había mencionado el tema.
Esta semana el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones al Ministerio Público de Nicaragua por su papel en la “represión contra los derechos humanos y las libertades fundamentales” tras las elecciones presidenciales del pasado 7 de noviembre que fueron calificadas por la Administración Biden como “farsa”. Y el pasado 17 de noviembre el Gobierno Biden les prohibió la entrada al presidente de Nicaragua y varios altos funcionarios de su Gobierno.
No obstante, el ejecutivo mexicano se ha mantenido al margen de la discusión sobre Nicaragua, lo que ha sido interpretado como “decepcionante” por organizaciones como Human Rights Watch.
Pese a que no mencionó directamente a Venezuela, Cuba o Nicaragua, Biden sí le pidió a Amlo comprometerse con la democracia, pues señaló que se ha visto reducida en los últimos 20 años”.