Una papayera y una orquesta prendían el ánimo de cientos de personas que disfrutaban en la celebración de las Fiestas de la Ituangüinidad. La gente no cabía en la calle peatonal, los locales estaban abarrotados y la alegría desbordaba los corazones sedientos de diversión.
Un escuadrón de la Policía hacía una ronda rutinaria por el sector, mientras que la papayera pasaba por el local del concejal Diego Monroy, a quien se le habían acabado los cigarrillos y mandó a su hijo a la Mejor Esquina, ubicada al fondo de la peatonal, a que le comprara. Minutos después sintió un estruendo que lo tiró al suelo. Tendido, se vino a su mente el 11 de noviembre de 2003 cuando una bomba dejó heridos en el mismo sector, él entre ellos. Luego se acordó de su hijo, se levantó y se asomó a la puerta. Sintió un alivio al ver que regresaba caminando sano y salvo. Miró más allá, y sus ojos se quedaron perplejos viendo un reguero de cuerpos en el suelo y la gente corriendo despavorida.
Amanda estaba a una media cuadra de la Mejor Esquina pero ni siquiera la alcanzaba a ver. "Todo quedó nublado por el humo y cuando ya se despejó solo se veían cuerpos tirados en el suelo, especialmente niños con las piernas rotas, rostros desfigurados".
Por el lugar pasaban los agentes de policía momento que aprovechó el autor del hecho para detonar el explosivo. Amanda alcanzó a ver cómo levantaban a dos de ellos y que les decían "lanza no se duerma". Lo siguiente que vio fue motos y carros cargando heridos. Hasta que se dio cuenta que su camisa estaba ensangrentada pero por el contacto de la gente que pasaba herida a su lado.
Luego fueron momentos dramáticos de personas que buscaban entre los muertos y los heridos a sus seres queridos. Disparos al aire para dispersar a la gente que producían pánico y formaban un caos incontrolable. La gente corría para todos lados. Iban, venían, regresaban, se chocaban y lloraban.
Toque sin queda
La Policía quiso implantar el toque de queda pero nadie hacía caso. Todos querían saber si había algún familiar afectado por lo que siguieron los disparos al aire pero tampoco los detenía.
La cantidad de heridos, 51, requirió de donantes de sangre, pero muchos debido a que estaban en fiestas y en estado de alicoramiento no pudieron contribuir.
El hospital tampoco podía atender a tanto lesionado, pero la inmediata reacción de la Fuerza Aérea, que envió dos helicópteros, los tranquilizó y así pudieron ser trasladados 18 de los más graves a Medellín, donde murieron dos.
Ayer el desconcierto era la constante, los establecimientos comerciales estaban abarrotados de familiares y amigos de las víctimas que lloraban su tragedia.
Muy temprano autoridades civiles y militares se hicieron presentes para evaluar la situación. El gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, calificó el acto de inhumano y despiadado. "Ha sido un acto demencial y despiadado de la subversión, del Frente 18 de las Farc, es la infamia más grande en la que se ven comprometidos 10 niños con fracturas y lesiones de consideración".
Allí mismo Ramos anunció que por este hecho ya hay un capturado, miliciano reconocido con el alias de "El pájaro", y pidió a la comunidad que brinde información y que no siga callando porque o si no, "estos bandidos seguirán haciéndoles daño". Además anunció una recompensa de 500 millones de pesos a las personas que denuncien a los dirigentes de este frente: alias "El Flaco" y alias "Román Ruiz", a quienes se captó la siguiente conversación antes de llevar a cabo el atentado terrorista:
Alias "El flaco": Entonces la niña baila esta noche".
Alias "El primo": Esa es la idea, ya me confirmaron que allá estaba y que ya había llegado".
Flaco: ¿Ella lleva punto o lleva reloj?
Primo: No, no lleva reloj, de lo otro.
Flaco: ¿entonces ella lleva comunicación?
Primo: Sí ella lleva comunicación. Como estaba embalada sin simcard le mandé a conseguir una, o sea que en cualquier momento la pueden llamar.
Pero la zozobra y el temor están apoderados de la población por el acto cruel y porque aunque muchos saben que los milicianos están entre la población no se atreven a denunciarlos. El comentario de muchos es que ahora ven mucha fuerza pública y se sienten protegidos pero luego de que pasen algunos días van a quedar otra vez a merced de los terroristas y por eso reclaman que haya permanencia.
El temor se hizo latente poco tiempo después del hecho, cuando circuló un rumor de otra bomba, lo que generó pánico, y ayer en la tarde el sonido de una tabla que cayó hizo correr a muchos.
Lo que más tiene dolida a la población es que todas las víctimas son personas de bien, entre ellas tres jóvenes que este año se graduarían de bachilleres en la institución Pedro Nel Ospina: Cristian Stiven Cossio, quien además era bombero activo, Juan Guillermo Osorio y Camilo Pineda, y el exsecretario de Gobierno y por 25 años funcionario de la administración municipal de Ituango Carlos Alberto Calle Gallo. Además, están José Alejandro Arias (18), Normandis Madera y un NN masculino que no ha podido ser identificado por el estado en que quedó y que se presume sea un cantante de la orquesta.
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