Volverlo polvo, convertirlo en piedra sobre piedra, mediante una demolición controlada, como se hizo con la torre 5, es la única opción posible que deja el estudio de la Universidad de los Andes, al descartarse la repotenciación por no ofrecer las garantías técnicas y de seguridad necesarias, después de estudiar los elementos estructurales aportados por la firma constructora Lérida CDO para reforzar la edificación.
En consecuencia, la Alcaldía de Medellín tendrá que oficiar al juzgado que lleva el proceso para que así lo determine al descartarse su rehabilitación, contrario a lo que esperaban los responsables de su construcción, que interpusieron un recurso legal para lograrlo.
El capítulo que debe cerrar la demolición de las cuatro torres que están en pie, de las seis que componían el complejo habitacional, es el final de la obra física, pero no el de la solución que están demandando los damnificados de este y de otras edificaciones de la misma empresa (Asensi, Continental Towers y Colores de Calasania), cuyos ocupantes debieron ser evacuados. Sin olvidar el proceso penal que adelanta la Fiscalía, tras el desplome de la torre 6 en octubre de 2013 y que dejó 12 personas muertas.
Pero debe ser al mismo tiempo el inicio de un proceso de reflexión y rectificación de las autoridades de Planeación, responsables del desarrollo urbanístico de la ciudad, y de los gremios de la industria en torno a las normas de construcción y los procedimientos de ingeniería exigibles para ofrecer estructuras seguras.
Resulta imperioso un estricto control en cuanto a los requerimientos de sismorresistencia y en aspectos constructivos para eliminar la extensión de riesgosas prácticas con el fin de economizar costos o maximizar utilidades.
Quien compra una vivienda tiene que contar con la garantía plena sobre la estabilidad del bien adquirido. Su patrimonio no debe ser expuesto luego a rehabilitaciones o repotenciaciones que siendo posibles en el mundo de la ingeniería, requieren un gran nivel de intervención y de alto riesgo que convierten esta posibilidad en una gran aventura, que no siempre brinda la suficiente confianza a las personas que, eventualmente, se decidan a ocupar de nuevo estas estructuras.
Por eso, las familias afectadas se han mostrado renuentes a cualquier posibilidad de volver a ocupar estas propiedades, por las cuales aún no han recibido pago y que exigen se les cumpla con la devolución del patrimonio invertido para buscar otra solución de vivienda.
Su temor lo ratifica la Universidad de los Andes, que en forma contundente concluye que "no hay viabilidad desde el punto técnico, ni puede acogerse la rehabilitación y el reforzamiento de la etapa 1 a la 4 del Edificio Space".
Los investigadores de Los Andes brindaron a este caso la mayor atención, se asesoraron de expertos y comprometieron en su conclusión todo el prestigio de la institución, la mejor universidad de Colombia y la quinta en América Latina, según la consultora británica Quacquarelli Symonds (QS).
Si Space se reduce a escombros, pero su caso no resuelve nada, se estaría atentando contra la confianza que se tiene en un sector dinamizador de la economía, fundamental para generar empleo y bienestar a los colombianos.
SPACE NO ESTÁ DEJANDO UNA LECCIÓN Y PUEDE OLVIDARSE RÁPIDO
Por LUIS GONZALO MEJÍA
Ingeniero, consultoría estructural
Las normas actuales permiten una repotenciación para estructuras bien diseñadas, pero con códigos anteriores, pues a medida que vamos avanzando en conocimiento surgen normas nuevas. Pero en esta estructura, que tiene tantos errores de diseño y probablemente de construcción, este tema no está contemplado en las normas y era una manera forzada de tratar de salvarla. Por eso estoy plenamente de acuerdo con las conclusiones de la Universidad de los Andes.
Lo lamentable es que este caso esté rodeado de tanto silencio por parte de las facultades de Ingeniería, de los gremios de la construcción. Nadie se ha pronunciado al respecto y puede ser que rápidamente se olvide. Y me preocupa porque en la ciudad hay muchos más edificios que, al no ajustarse a las normas, generan grandes riesgos por las condiciones sísmicas de Medellín. Y pienso que lo sucedido con Space no está dejando una lección que se quiera tomar en serio y se mira simplemente como algo que ya pasó.
Ojalá que se volviera a las prácticas de la buena ingeniería, donde los diseños estructurales los hagan los ingenieros y no se les dejen a programas de computador. Buenas prácticas de la ingeniería, de la arquitectura, de la construcción y de las condiciones éticas de los profesionales y de la responsabilidad social de las empresas.
