Atrás quedaron las épocas en las que las cuadras de los barrios se vestían con sus mejores trajes para engalanar el último mes del año.
A las famosas guirnaldas y cadenetas que adornaban las calles, el pueblo las fue despidiendo durante los últimos años y las reemplazó por llamativas luces.
El motivo de unión de los vecinos ya no gira en torno a la decoración del barrio sino alrededor del pesebre, el único que une a la comunidad cuando se rezan las novenas.
En el barrio San Martín, en el sector de Castilla, sus habitantes buscan que en esta Navidad se logren romper las barreras impuestas por la violencia.
"Hicimos un gran pesebre con la intención de que los niños, jóvenes y adultos se integren y que disfrutemos una Navidad en convivencia y en paz", dijo Luis Fernando Rojo, miembro del comité organizador del pesebre.
Don Fernando Tirado, quien hace 17 años elabora el pesebre del parque de La Castellana (en Laureles), resalta que lo que lo motiva a continuar con esta tradición año tras año es ver que "la gente lo cuida mucho y que siempre está dispuesta a colaborar aportando figuritas y luces para embellecer aún más el altar".
Los residentes del sector de Santa María La Nueva, en Itagüí, tampoco se quedaron atrás. Como hace 22 años, la comunidad se unió para llenar su barrio de luces y armar el pesebre.
Allí se nota la unión, "esta época es bonita porque todos los vecinos nos integramos, hacemos la novena y comemos natilla alrededor del Niño Dios", comentó Gustavo Manrique, quien reside en el sector.
Es decir, a falta de guirnaldas, cadenetas y redes de luces colgadas de casa a casa, se optó por lo más moderno: luces led blancas, azules y de otros colores que titilan incesantes, pero en cada hogar y no para unir las cuadras.
El pesebre, entonces, fue el rey de las decoraciones este año.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4