Leonardo Fabio Duque es hoy el fiel retrato de la persistencia y la tenacidad.
Desde el Tour de Francia, y ahora en la Vuelta a España, ha buscado un triunfo que sea el más importante del ciclismo colombiano en esta temporada.
Como si fuera el obrero que va a la fábrica a darle martillo a las latas todo el día, así es el comportamiento del mejor embalador colombiano, quien por todos los medios busca el bis -el año pasado ganó etapa- en la ronda ibérica. Días y gestos repetidos.
Anteayer, ayer, en los días de llegadas en grupo; y lo mismo en el Tour de Francia el retrato es uno: Duque solo contra el mundo, con tal de dejar en alto el nombre de Colombia y de su patrocinador Cofidis, equipo con el que firmó por dos campañas más esta semana.
"Esto ha sido darle y darle. De aguantar en el Tour y en la Vuelta. Ya me comienzan a faltar las fuerzas. Yo quiero que la gente comprenda que no es fácil y que yo tengo muchas ganas, pero en esto no hay misterios".
Y esa ausencia de misterios y conjeturas se resuelve de la forma más sencilla. Una exalación de 200 metros finales que se hacen a 65 kilómetros de velocidad, como ayer, cuando el moreno vallecaucano estaba a las puertas de la gloria repetida.
Sin embargo, como ha sido una constante en esta ronda española, el Duque de las llegadas, se quedó con la miel en los labios, sin poder levantar los brazos como sí lo hacen esos camastrones como Tom Boonen -1.95 de estatura y 90 kilos de peso- que meten la sexta en la zona de meta para llegar cual poseso.
"Aquí no hay misterios. Si no tienes unos lanzadores al lado, se hace difícil contrarrestar a tus rivales", conceptúa desde Valladolid el clasificado en el puesto 14 de la etapa 17, ganada por el belga Wouter Weylandt, compañero del todopoderoso Boonen, a quien las fuerzas le faltaron ayer a pocos kilómetros del arribo.
"Los días se asientan sobre la carretera. Uno siente el esfuerzo. Vea que Mauricio Ardila sufrió una caída, un golpe en la espalda, lo trataron y la molestia se le fue a una pierna y tuvo que abandonar, porque era más el dolor. No había más remedio", explica el velocista de 28 años que tiene puestos los ojos en el Mundial de ruta de Varese, dentro de semana y media.
Duque ocupará uno de los tres cupos que tiene Colombia en la gran cita del planeta ciclista. Él quería dejar la competencia para descansar dos días y después pensar del todo en la cita de la ciudad que viera consagrar a Cochise Rodríguez como campeón mundial de la persecución individual el 22 de agosto de 1971, cuando se celebraba el año internacional contra el racismo.
"Aquí lo que toca es pensar en la llegada en Madrid y seguir en la lucha por esa victoria. Dentro del equipo hay alegría por el liderato en la montaña de Sylvain Chavanely la novena casilla de David Moncoutié y los intentos que ha hecho en las llegadas. Después hay que preparar de la mejor manera posible el Mundial de ruta en Italia. Son tres cupos para el cuadro de Colombia y hay que saber aprovecharlos", destaca el corredor de 1.70 metros y 59 kilos de peso, que es un canto a la persistencia y la tenacidad.
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