En vacaciones seguramente muchos adultos aprovecharon para compartir el tiempo que durante el año no pueden dedicarles a sus hijos. Recuerde que el amor se construye todos los días y que los niños necesitan cada segundo de su atención. No pierda el impulso y ahora que regresa a sus actividades rutinarias no los descuide.
Llámelos durante el día, dígales que los ama. Pregúnteles qué están haciendo y salga con ellos los fines de semana. Depende de usted que sus hijos sean felices. Por eso, procure alimentar el alma de cosas positivas, buenos amigos, lecturas interesantes y mucha imaginación para que pueda sintonizarse con ellos y así pueda generarles imágenes y sentimientos bonitos con cada cosa que les diga. Al llegar a su casa deje al cansancio a un lado. Aproveche, ame y respete a sus hijos.
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