Si el Medellín juega hoy con la convicción y la alegría que expresa fuera de la cancha, ¡que se tenga fino el América! Eso es lo que dicen los hinchas en la calle, horas previas a los primeros 90 minutos de la final entre los rojos de Antioquia y el América de Cali, que se realizará hoy (8:00 p.m.) en el estadio Atanasio Girardot.
Con camisetas rojas y azules, escudos en sus pechos y objetos alusivos al conjunto de la capital de la montaña, estos personajes se pavonean por todos los rincones y se ilusionan con dar una nueva vuelta olímpica.
Los menos emotivos guardan mesura y reconocen que el rival de turno, que viene de ser subcampeón con la misma base de jugadores y cuerpo técnico, hablan de un duelo equilibrado en el que la inteligencia y la jerarquía resultarán definitivas.
Dos elencos grandes, con idéntico rendimiento durante el año, conformados por jugadores de experiencia y, sobre todo, un alto nivel técnico, buscarán encender otra estrella en sus escudos en la temporada que el torneo profesional celebra su sexta década de existencia. El Medellín va tras el quinto título y América, el decimotercero.
Hoy darán el primer paso en un estadio pintado de rojo -el color característico de ambos elencos- pero con supremacía paisa por su calidad de local, en una noche de Navidad que invita al espectáculo.
El Poderoso DIM, que el 2001 perdió la final con el mismo rival e idéntico calendario (primer duelo en el Atanasio 0-1 y segundo en el Pascual 0-2), intentará cobrar revancha. Esta vez apoyado de una columna vertebral que le da seguridad por la presencia de Aldo Bobadilla, John Javier Restrepo, Ómar Pérez y Jackson Martínez, todos en buen momento, rodeados de otros hombres como Jámmel Ramos, Juan Carlos Quintero, Daniel Sanabria, Danilson Córdoba, Diego Álvarez, Juan Guillermo Cuadrado y Andrés Ortiz motivan a la afición.
Como dijo Juan Carlos Quintero, a pocas horas del duelo, "lo que sentimos es alegría por haber conseguido el objetivo, pero falta el más grande". Al igual, jugadores y aficionados esperan estar en una comunión sagrada. "Una final hay que disfrutarla y eso es lo que va a hacer el Medellín", como lo certifica el mismo Quintero.
Lo que resta hoy es que la afición ponga lo suyo: el ánimo en la tribuna, como bien apunta Diego Álvarez: "nosotros haremos lo nuestro, arriba -en la tribuna- que haya respaldo total".
Pico y Placa Medellín
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