Durante la semana pasada se realizó en París la Conferencia Mundial sobre Educación Superior convocada por la Unesco con la participación de ministros de educación de más de 150 países. No se trataba de un evento de poca monta, no solo por el significado mismo que tiene la universidad para el desarrollo de nuestra sociedad, sino porque esta congregación no se daba desde 1998, cuando por primera vez en la historia se convocó una reunión de la educación superior de todo el mundo, con estas características, en esa misma ciudad.
La conferencia tenía tres temas principales: La función de la educación superior en el tratamiento de los grandes desafíos mundiales; el compromiso de la sociedad y responsabilidad social con la educación superior; y el fomento a la excelencia para acelerar el desarrollo, en especial de África por ser el continente de más baja cobertura. También evaluaría los logros desde la pasada conferencia en 1998 y las nuevas dinámicas de la educación superior y de la investigación.
Aunque no se ha divulgado el texto completo del documento final, la Unesco expresa en su página web que se concluyó con un "llamado a los gobiernos para que incrementen sus inversiones, promuevan la diversidad y refuercen la cooperación internacional con el fin de satisfacer las necesidades de la sociedad". Agrega que "?En ningún momento de la historia ha sido más importante invertir en la enseñanza superior como vector importante de la construcción de una sociedad del conocimiento diversa e integradora y del progreso de la investigación, la innovación y la creatividad"; y destaca la importancia de atender en forma simultánea la calidad, la pertinencia y la equidad.
En forma paralela sucedían otros hechos que para la prensa local y mundial llamaron más la atención. El lunes pasado, el futbolista portugués Cristiano Ronaldo hizo su presentación en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid ante casi 90.000 aficionados del Real Madrid, luego de que este equipo negociara su traspaso por US $131 millones (casi $300.000 millones), la más alta cifra del fútbol mundial. No deja de llamar la atención que fuera en Europa donde asistió tal multitud tan solo para ver al jugador con el uniforme de su nuevo equipo y cómo pateaba el balón a solas, sin que mediara el juego; y eso que era la segunda dosis, porque unos días antes se había vivido el mismo espectáculo con el brasilero Kaká, por quien pagaron la mitad de la cifra de Ronaldo.
Al día siguiente fue el funeral del "Rey del pop" en el show montado por su familia, en un repleto coliseo de Los Ángeles, con todos los ingredientes de un espectáculo realizado a costa de la fama del ídolo fallecido y sin el más mínimo asomo de vergüenza, como tal vez nunca antes se haya visto. Hay una gran distancia entre este montaje y rendir un homenaje en una cámara ardiente para que el público en forma libre rinda su admiración y brinde una última despedida.
Las primeras páginas de los principales periódicos del país durante martes y miércoles fueron casi idénticas para destacar en forma generosa sendos sucesos, como lo fue también el tiempo dedicado en los noticieros de radio y televisión. Ni manera de encontrar una pequeña nota de lo que se tejía sobre el futuro mundial de la educación universitaria, de la investigación y de la innovación, como si estos temas solo fueran pertinentes a unos cuantos y no los asuntos claves y estratégicos que representan para el desarrollo de toda la humanidad. Pero, tal vez, sea el fiel reflejo de una amarga realidad social: ¡el espectáculo por encima de la educación!
* Rector EIA
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