Por estos días de verano, 24 familias de la vereda El Totumo, de Girardota, duermen más tranquilas, al igual que los 35 mil habitantes del casco urbano, porque no han vuelto a sufrir el corte del servicio de acueducto gracias a la benevolencia del clima.
Pero el problema sigue latente por la inestabilidad de la montaña, que además de amenazar la banca de la vía y dejar incomunicada a la vereda, tiene a estas 24 familias en riesgo de que sus casas se vengan al suelo.
Esta situación data de años atrás, pero cada vez se agudiza más y la comunidad reclama por una pronta solución que se viene dilatando en el tiempo.
A juicio del personero de Girardota, Fernando Córdoba, la principal causa del problema es la modificación del cauce del río Medellín para realizar explotación minera, con lo cual las aguas empezaron a hacer presión sobre el costado oriental en donde está la montaña.
"Las aguas, al desviarse, afectan sitios en los que no se habían presentado afectaciones. Por eso, no solo tenemos el problema en la vereda El Totumo con la empresa Procopal, también está en Enka de Colombia y en la vereda El Cabildo, donde por primera vez se están inundando fincas que nunca habían tenido este problema", explica Córdoba.
La misma percepción tiene Jesús Saldarriaga, habitante del sector hace cuarenta años.
"Desde que modificaron el cauce del río es que se ha venido presentando este problema y por eso cada vez lo tenemos más cerquita", sostiene el ciudadano.
Consultado el gerente de la empresa Procopal, Emiro López, para verificar si ellos se consideran responsables de esta actuación sobre el río, este negó la acusación. (Ver recuadro)
Para la Personería de Girardota, la situación no puede dilatarse más y por eso citó para mañana, en el recinto del Concejo de la localidad, a todas las partes implicadas para definir las acciones que se van a emprender y así evitar que el río termine de desestabilizar la montaña y se pierda la carretera.
Aclara el personero que ésta no es la única causa. También se debe a que la zona es inestable geológicamente y a aguas recogidas para conformar lagos de pesca en la parte alta de la montaña, la cual se filtra por distintos puntos.
Trasladarán tubería
En un punto que sí se coincide es en que cuando el tubo de conducción de las Empresas Públicas de Medellín se revienta, forma un cráter en la vía por la presión del agua y genera más desestabilización en el terreno.
Sin embargo, esta no es causa sino un efecto de los movimientos de tierra que se agudizan más en invierno, lo que hace que la tubería se reviente dejando sin servicio de acueducto a los 35.000 habitantes del municipio e incomunicada a la vereda.
Por eso se le ha solicitado a EPM que traslade el tubo de conducción para que no esté sujeto a los movimientos de tierra. El personero confirmó que hace 15 días se hizo una reunión con el gerente de EPM y se llegó a la conclusión de que se trasladaría el tubo.
La versión fue confirmada por el gerente Metropolitano de Aguas de EPM, Eduardo Cadavid.
"Lo hemos venido atendiendo con paliativos, pero ahora, después de un análisis que se hizo con un geotecnista, se llegó a la conclusión de que hay que buscar alternativas para la conducción".
Así la decisión esté tomada, advierte Cadavid, este año no se hará porque es un trámite y una obra grande en la que hay que hacer una inversión alta (5.000 millones de pesos) y que requiere de un proceso licitatorio, de compra de franjas, de solicitar permisos, pero se adelantan trámites como la compra de la tubería.
"El tema está de la máxima prioridad y urgencia en la Gerencia", señala Cadavid.
Familias serán reubicadas
Hace un par de años, debido a la inestabilidad del sector, tres familias que estaban cerca al río debieron ser reubicadas por el alto riesgo en que estaban.
Según el personero, hoy en la ladera de la montaña hay 24 viviendas, todas están afectadas, pero cinco de ellas están en inminente riesgo, las cuales hay que desalojarlas o someterlas a un arreglo contundente, es decir hacerlas sismorresistentes o tumbarlas todas y hacerlas prefabricadas.
"Ahora que hay verano dormimos un poco más tranquilos, pero cuando hay invierno no pegamos ojo pensando en que la casa se nos va a venir encima", contó Oliva Cano.
Al respecto, el alcalde girardoteño, Guillermo Ochoa, anotó que el municipio ya hizo una casa prefabricada y dos mejoramientos a tres familias afectadas y a las que están en más malas condiciones las van a ubicar en La Cuchilla, donde se están construyendo 22 casas que en dos meses, aproximadamente, serán entregadas.
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