Parece que ese palo grande, que en el atletismo llaman garrocha, fuera un objeto de mala suerte tras años de victorias.
En los Juegos Olímpicos de Barcelona-1992, la amargura fue para Sergei Bubka, quien dominó el salto con garrocha por años, hasta que tres intentos fallidos lo dejaron con uno de los tragos más amargos de la historia del deporte olímpico.
Ayer fue la rusa Yelena Isinbayeva, quien cedió sus cinco años de reinado en el salto con pértiga tras no completar ni un salto válido durante la final del mundial de atletismo en Berlín.
La sorprendente ganadora de la prueba fue la polaca Anna Rogowska, con un salto de 4,75 metros.
Isinbayeva, dueña del récord mundial y vigente campeona olímpica y del mundo, empezó a competir más de una hora después del resto de saltadoras. La rusa permanecía tumbada en el suelo, con los pies en alto sobre un banco, y una especie de manta térmica cubriéndole la cara.
Tras dejar pasar cuatro alturas diferentes, Isinbayeva se decidió a tomar la pértiga con un primer intento sobre 4,75 metros, que no superó.
Después, con solo dos atletas en competición, subió el listón a 4,80 metros. Una altura que no pudo franquear en dos intentos.
Isinbayeva es la plusmarquista de la especialidad con 5,05 metros. En total, incluyendo competencias al aire libre y bajo techo, acumula 26 marcas. Nadie había ejercido una supremacía semejante en la modalidad entre las damas. En los varones sí, Bubka, que vivió un episodio similar ya hace 17 años.
Se veía venir
Pero esto no es nuevo. El 26 de julio vio caer su invicto, al ceder el trono en la reunión de Londres, donde la polaca Rogoswka la derrotó, sobrepasando el listón a 4,68 metros, idéntica marca que Isinbayeva, pero con un menor número de intentos.
Rogowska, bronce en los Juegos Olímpicos, logró el inesperado título con los 4,75 a los 28 años, todo un momento de gloria para ella, y le acompañaron en el podio, igualadas, su compatriota Monika Pyrek y la estadounidense Chelsea Johnson, ambas con 4,65.
El favorito que no tuvo problemas, tras su fulminante remate, fue el etíope Kenenisa Bekele, quien ayer se proclamó por cuarta vez consecutiva campeón mundial en los 10.000 metros.
Con su triunfo en Berlín, Bekele emula los cuatro títulos mundiales ganados por Haile Gebrselassie en la distancia. Y afirma que sí hay favoritos ganadores.
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