"Yo creo que el destino de la humanidad no es la guerra. El destino de la humanidad es la paz. Por eso vengo sinceramente a pedirle perdón a la sociedad por todos los actos de guerra que cometí en 25 años de participación en la acción armada, pido perdón a todas las personas que yo afecté, no solamente con la acción armada sino también con mi palabra".
Así comenzó Francisco Galán, quien militó en el Ejército de Liberación Nacional (Eln), una de las más emotivas charlas que se hicieron en la exposición Destierro y Reparación, organizada por el Museo de Antioquia.
Galán, pausado y elocuente, recordó que cuando decidió sumarse a la guerrilla "yo estaba en un seminario pidiendo perdón por los pecados de la humanidad".
Luego, decidió abandonar las armas y renunciar al Eln. "Desde eso me ha tocado pedir perdón muy sincero a las víctimas que me reconocen. Por ejemplo, un señor que me abordó en el Éxito y me dijo 'Usted es tal. ¿Cuándo me van a pagar la plata que me quitaron?'. Y me contó que había tenido que vender la finca para pagarle al Eln 50 millones de pesos cuando lo secuestraron. Le dije 'Yo no tengo un peso. Lo único que puedo es pedirle perdón', y él me contestó: 'Pues yo también soy capaz de perdonarlo'".
La condición del perdón
El padre jesuita Francisco de Roux, conocido por sus esfuerzos de paz en el Magdalena Medio, agradeció a Galán "por la grandeza de corazón, por pedir perdón por lo que hayas hecho como victimario".
Agregó que el perdón no se exige, pero sí exige condiciones. "Perdonar no significa que aquí no haya pasado nada, perdonar es entender que a pesar de todo, estamos dispuestos a empezar de nuevo y juntos".
Al respecto, dijo que los esfuerzos que se han hecho son todavía incipientes. "Si bien en algunos casos se han conseguido elementos simbólicos, bellos y profundos. Pero llegar a pedir perdón en serio y ofrecerlo en serio, es haberse colocado ya en una dimensión espiritual muy honda a la cual hay que avanzar".
El padre De Roux dijo que la primera condición para perdonar es contar la verdad a las víctimas, "decirles dónde están los cuerpos de sus seres queridos, por qué los mataron. El perdón requiere una determinación muy grande a decir la verdad, de responder a las grandes angustias de las víctimas", dijo.
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