Ustedes sienten -no era así- que tienen un compromiso inherente al privilegio de estudiar y obtener un diploma que les permite prestar un servicio social. Con este compromiso se logrará un país más justo y digno y hacer realidad el sueño de la igualdad de oportunidades para todos, en un marco de genuina ética.
Ustedes miran para adelante y es correcto hacerlo. Pero también deben mirar hacia atrás para conocer la historia y evitar que se reediten hechos dolorosos que han golpeado a todos los colombianos y que a Ustedes no les tocó vivir porque, o eran unos niños o no habían nacido.
En la Colombia de hace ocho, diez o más años, el campo estaba abandonado y ocupado a sangre y fuego por personas que no tenían derecho a él: guerrilleros y paramilitares. Y a unos y otros los conquistó el narcotráfico. Y en esas siguen. Mientras tanto, quienes por años y hasta siglos habían poseído tierras, las habían cultivado y de ellas vivían, llegaron a los centros urbanos como desplazados que vivieron o siguen viviendo un inmenso drama. ¿Se imaginan lo que es tener que dejar su hogar, sus amigos, su parcela, su escuela y llegar a una ciudad que les es ajena?
Al viajar por tierra se corría el peligro de caer en "pescas milagrosas" y ser llevados como secuestrados a la espesura de la selva a morir en vida. Hasta viajar en avión tenía sus riesgos. Pregúntenles a sus papás por el Fokker 50 de Avianca. Por el secuestro colectivo en misas o asambleas departamentales. Por los carros y cilindros bomba, por el abuso en la zona de distensión del Caguán, por la toma de pueblos, el incendio de Machuca, por los ataques a misiones médicas o del Comité Internacional de la Cruz Roja. Pregúntenles por las masacres perpetradas por guerrilleros y paramilitares. Por las muertes selectivas. Por las minas antipersonal, que los violentos siguen sembrando. Por las desapariciones forzadas.
Ahora no hay "pescas milagrosas" ni son frecuentes las masacres. No hay pueblo sin autoridad. ¿Por qué? Porque el Presidente Uribe tuvo el valor de frenar a los violentos. Desde que fue elegido en 2002 ofreció mano tendida, corazón grande y pulso firme. Pero los violentos no han querido renunciar a la combinación de todas las formas de lucha y aún creen que se pueden tomar el poder por las armas.
La Política de Seguridad Democrática ha sido tan exitosa, que ningún candidato se atreve a decir que, de ser elegido, la desmontaría. Pero hay que estudiar no sólo sus propuestas sino su ideología, su trayectoria, sus acciones, y reflexionar sobre ello y también sobre la amenaza del plan expansionista del presidente venezolano, Hugo Chávez.
Uribe ha logrado niveles muy altos de Seguridad Democrática. Sin embargo esa seguridad es todavía frágil. Los violentos han sido reducidos, pero sus grupos no se han acabado y han surgido bandas criminales. La política del Presidente está en un punto de quiebre. Si los colombianos no elegimos a una persona decidida a fortalecerla y renovarla, de acuerdo con las exigencias de hoy, se pierde todo lo ganado en ocho años.
Hoy, a pesar de que falta mucho por hacer, los ciudadanos no perciben la inseguridad como el principal problema de Colombia. ¿La razón? Hay mucha más seguridad. Sin embargo, falta mucho por hacer y no se puede correr el riesgo de ceder ni un milímetro a los violentos.
Hay quienes le endilgan a Juan Manuel Santos que tiene un asesor que hace campaña negra. ¿No les parece que las evidencias de campaña negra son contra el propio Santos, el Presidente Uribe, su familia y todo su equipo de Gobierno? Hay una estrategia maquiavélica para ir soltando rumores y revivir casos juzgados. Y muchos extranjeros, simpatizantes de la izquierda más radical, cumplen un papel protagónico. Y bastantes medios les sirven de caja de resonancia.
Por eso, respetando su decisión final este domingo 30 de mayo, afirmamos que respaldamos a Juan Manuel Santos: un estadista, un hombre serio y respetuoso, exitoso como Ministro de Hacienda, de Comercio Exterior y de Defensa Nacional. Les garantizamos, eso sí, que quien salga elegido tendrá el apoyo de EL COLOMBIANO en los actos de Gobierno que consideremos que sirven al bien común y la dignidad, y una crítica respetuosa y constructiva frente a los que consideremos errores.
La seguridad es la base esencial para el desarrollo digno que todos los colombianos de buena voluntad merecen y que Ustedes, jóvenes, sueñan. Sigan reflexionando y voten bien. Hay otros candidatos muy buenos, pero para otro momento. No para éste, tan crucial.
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