El primer encuentro entre los precandidatos vencidos en la consulta liberal y el ganador, Rafael Pardo, no fue precisamente un saludo entre paisanos que luchaban por una causa común, representar al liberalismo en las elecciones de 201o.
Si bien en las versiones que entregaron algunos de los asistentes al encuentro, se destacó la buena cordialidad del mismo y el apoyo a Pardo, también plantearon que hubo temas de abierta contradicción, que obligan a replantear sus políticas a los ganadores, es decir, Pardo más el ex presidente César Gaviria Trujillo, contra quien cayeron varios de los dardos por el manejo que se hizo de la campaña.
De los siete precandidatos, si se incluye a Pardo, faltó uno, Alfonso Gómez Méndez, a quien en la gesta política se le señalaba de hacer parte de la otra ala dura de la maquinaria liberal, representada en el ex presidente Ernesto Samper Pizano.
Algunas de las versiones dan a entender que Gómez Méndez prefiere mantener un prudente silencio, en los que la oposición, de alguna manera, quedó al desnudo por el desinterés de los electores a su propuesta, que tenía como eje central de batalla, el "antiuribismo".
Algunos de los asistentes calificaron de apresurada la decisión de Pardo de salir a buscar alianzas con Germán Vargas, de Cambio Radical, así ambos partidos tengan el mismo origen ideológico.
Aníbal Gaviria propuso que el ex presidente Gaviria le entregara la Dirección a Pardo. El ex presidente le respondió a Gaviria que estaba de acuerdo con él en teoría, pero que había aspectos prácticos que le indicaba que la decisión podía ser otra.
Pardo, esta vez, fue calificado como un gran conciliador, amigo de todo el grupo y atento a las sugerencias.
Ayer, además, recibió el respaldo de toda la bancada liberal en el Congreso de la República, que se comprometió a mantener en alto su bandera por el primer cargo de la Nación.
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