Estamos en el Año Mundial de los Humedales y, en el marco de la Convención Ramsar, el mensaje para el año 2010 es "Humedales: una respuesta al cambio climático".
Pero, ¿por qué son importantes? Porque son zonas amortiguadoras de niveles de aguas altas, lugares de refugio ecológico transitorio de especies migratorias y de alta productividad biológica.
Entre las funciones que cumplen, se destacan el balance entre la formación del relieve y el origen del suelo; recarga y descarga de acuíferos; evaporación y evapotranspiración; mantenimiento de la humedad ambiental; producción y reincorporación de materia orgánica y control de la dinámica de flujos superficiales de agua.
Aportan a la humanidad agua potable y de riego. Además, son bancos de información genética, corredores ecológicos, sitios de desove y crecimiento de especies hidrobiológicas y plantas medicinales.
En Colombia han sido declarados cinco humedales de importancia internacional: Sistema Delta Estuarino del río Magdalena, Ciénaga Grande de Santa Marta, la Laguna de la Cocha, la Laguna del Otún, el Delta del Río Baudó y San Juan y el Sistema Lacustre de Chingaza.
De las 65 millones de hectáreas de áreas protegidas o con algún rango de importancia ecológica en el país, un poco más tres millones pertenecen a los humedales, ecosistemas de alto valor ambiental que hoy se encuentran al borde de su desaparición.
Según la viceministra de Ambiente, Claudia Mora, para contribuir con la protección de los humedales es muy importante que los alcaldes y gobernadores, así como la población en general no propicien la desecación de los humedales, no cierren el paso de las aguas, no viertan contaminantes o desechos a estos cuerpos de agua. La responsabilidad es de todos.
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