Multitudes se han agolpado en las plazas de las principales ciudades de España para pronunciarse en contra de la monarquía, todo tras la abdicación del rey Juan Carlos de su trono (1975 - 2014). Banderas republicanas, tal vez nostálgicas de aquel último periodo histórico en el que no había realeza (1931 - 1936, en paz) solo frenado por la Guerra Civil Española (1936 - 1939), ondearon celebrando su salida.
De poco valió el festejo. Mientras los republicanos gritaban consignas, en los recovecos del Palacio de La Zarzuela se sabía que Felipe VI será el encargado de suceder a su padre en el trono, aún con buena parte de la sociedad española opuesta a la continuidad de la monarquía. Su proclamación como Rey será el miércoles 18 de junio.
Asimismo, en el Congreso de los Diputados, los partidos Izquierda Unida (IU), Podemos (naciente alternativa política), y Equo, solicitaban debatir en el legislativo la posibilidad de un referendo para decidir la eliminación de la figura del Rey. Los que desde ya se oponen a la propuesta, son nada menos que los tradicionales y mayoritarios, el PP y el PSOE.
"No creo que la iniciativa prospere en el Congreso. Puede tener mucho apoyo popular, todas las plazas se llenan, pero no cuentan con apoyo de los partidos grandes", dijo a este diario José Gómez, periodista de La Verdad, quien estuvo presente en la manifestación más concurrida, la de la Puerta del Sol, en Madrid.
Allá llegó después Cayo Lara, coordinador de IU, y aseguró en un discurso ante los presentes que "la Constitución vale menos que un papel de fumar. (...) Han deteriorado el espíritu del 78. Es un tiempo para un nuevo periodo constituyente y antes un referendo".
Las ovaciones no se hicieron esperar, pero hay matices. Si bien Gómez personalmente siempre discrepó de la monarquía, no cree aún que la iniciativa ciudadana pueda tener tanto peso como para reformar una Constitución heredada desde 1978.
"El argumento en contra de la figura del Rey es el de siempre. Toda democracia que se precie debe darle a sus ciudadanos la posibilidad de elegir a su jefe de Estado. Pero de momento no se contempla la posibilidad de votar y decidir", añadió.
Lara en su discurso habló de eso, de la legitimidad que cree que falta: "no se puede entender que la elección del jefe del Estado no sea por soberanía popular sino por derechos de sangre".
La paradoja, no obstante, radica en que el debate tiene todo tipo de voces a favor y en contra, pero con los partidos tradicionales opuestos a la iniciativa de llevar la discusión a las urnas, no será posible conocer la posición mayoritaria de los españoles.
Para Xaime Méndez, periodista del El Mundo, los ciudadanos ya se habían expresado: "la Monarquía ha salido refrendada en las urnas en el periodo de Juan Carlos (en 1976 con la votación de la Reforma de la Ley Política y en 1978 con el referendo sobre la Constitución)", dijo a este diario.
"Si hay partidos políticos que abogan por una República, el mecanismo en el sistema está establecido: que esos partidos ganen las elecciones con la suficiente mayoría como para cambiar la Constitución", explicó Méndez.
Para muchos españoles, ese argumento no basta en un país en el que la sociedad está cada vez más disgregada de los políticos y sus escándalos de corrupción. La monarquía, por supuesto no escapa de esto. En tanto, Gómez espera un milagro: "Todo se verá el 18".
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