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Los cinco partidos de pretemporada que jugó el bolivarense Álvaro Teherán con Philadelphia Sixers, en 1991, han sido los momentos más cercanos para un colombiano de integrar, de forma oficial, una plantilla de la NBA, la liga de baloncesto más competitiva y mediática.
Hoy, casi tres décadas después, un casanareño de 24 años y 1,98 metros de estatura, aspira a superar lo hecho por Teherán.
Se llama Braian Alexander Angola Rodas, quien desde hace dos semanas hace parte del roster (nómina) de los Magic de Orlando que compiten en la Liga de Verano, un torneo en el que los jugadores con proyección exhiben su talento para buscar una oportunidad en la Asociación Nacional de Baloncesto.
La franquicia de Orlando se fijó en este escolta (una de las cinco posiciones de los jugadores en el rectángulo de juego) luego de su última temporada con los Seminoles de Florida State, con el que jugó los 31 partidos regulares (27 como titular), completó 64 triples en 167 intentos, 3,8 rebotes, robó 42 balones y entregó 92 asistencias, según las estadísticas del equipo universitario.
“Tener una oportunidad como esta es increíble. Las últimas semanas han sido una locura: jugar, entrenar, entrenar y jugar al siguiente día, es algo difícil pero es lo que quiero hacer en mi vida, así que lo disfruto mucho”, comentó el colombiano, graduado de Ciencias Políticas, en una entrevista con el diario Tallahassee Democrat de Florida.
Para el técnico Eliécer Guzmán, quien conoce a Angola desde su paso por las selecciones menores del Casanare, lo logrado hasta este momento por el jugador es muy meritorio, porque “se ha exigido a sí mismo para estar al nivel de sus compañeros y oponentes”.
“Es un muchacho habilidoso para la ofensiva, ataca muy bien el aro, pero tiene que mejorar la fortaleza física porque es muy delgado”, comenta el entrenador que le augura a su coterráneo un futuro prometedor entre las estrellas que brillan ante la cesta.
Un dato no menor que habla de su historia como un ejemplo de superación pues cuando optó por irse a Estados Unidos, a duras penas sabía saludar en inglés.
“Al principio estaba muy deprimido porque no me podía comunicar con nadie, entonces me sentaba en las esquinas y en cualquier banca a escuchar música y a leer libros en inglés. Así aprendí el idioma”, contó recientemente en una publicación de North Idaho College, equipo universitario en el que actuó las primeras temporadas.