Su expresión es de ternura y de risa a flor de labios. Sofía Vélez brinca y grita con sus compañeritas. No se cambian por nadie pues lograron el cupo para jugar la final del Festival de voleibol.
Sofía viene de ser campeona en la categoría benjamín el año pasado y ahora quiere serlo en mini. También fue destacada, a final de año, como la mejor jugadora del Segundo Festival Nacional realizado en el municipio de Fóqueme, Cundinamarca.
A sus once años, agradece tener una actividad como el voleibol. “Este deporte ha sido una bendición para mi, es muy lindo y me ha permitido conseguir muchas amiguitas. Es maravilloso y se comparte mucho con las jugadoras de otros equipos”.
A esta pequeña no le importa que el escenario en la Escuela Mercantil de Tuluá sea al aire libre y que si hay sol, se tengan que aplicar bloqueador y si llueve se mojan, pero no paran de entrenar.
“Llevamos cuatro años jugando así, pero gracias al colegio, porque nos apoya. Eso me ha permitido entrenarme bien y poder estar en Medellín en los últimos cuatro festivales. Esa es mi mayor felicidad”.
Sabe que es necesario que sus padres hagan grandes esfuerzos, pero se justifican según ella, porque son para cosas sanas. Esta vez les tocó aportar 537 mil pesos para viajar.
“Ellos saben que esta es nuestra felicidad y nos apoyan. Además, porque el deporte nos hace personas muy buenas y de bien para la sociedad” .
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