En Medellín son muchas cosas las que hay que agradecerle a Gilberto Martínez, su legado en el teatro, como cardiólogo y además como una de las personas más importantes para la natación en la región.
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Hace un año, para el libro sobre los 50 años de la Liga de Natación de Antioquia, accedió a volver a meterse a una piscina luego de mucho tiempo y le concedió al periodista deportivo Pablo Arbeláez, una entrevista sobre sus hazañas como nadador.
Aunque Martínez de joven intentó jugar fútbol no le fue bien en su debut, por eso se dedicó a la natación. Pero luego la vida lo alejó de las piscinas y se dedicó a su carrera como cardiólogo, trabajó 55 años en el Hospital San Vicente de Paul.
Pero su espíritu inquieto lo llevó también por los caminos del teatro. Fundó la Casa del Teatro de Medellín, de la cual era director, y la Escuela Municipal de Teatro. Además de ser el precursor de muchos grupos y obras, participó como jurado en diferentes ocasiones.
En la natación se convirtió en un referente para Antioquia y Colombia, fue el primer colombiano en ganar en un suramericano, y consiguió el octavo lugar en el escalafón mundial de la marca de 400 metros libre, en su momento con 4.38.08.
Martínez fue uno de los promotores de la construcción de una piscina pública para Medellín, en su época la única que había era la Cascada que se encontraba en el barrio Guayaquil, pero no era muy recomendable, su padre que también era médico le prohibió nadar allí.
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Junto a su hermano Sergio, también un importante referente para la natación, aprendió a nadar en el Río Medellín, en la finca que su padre alquilaba por Sabaneta. Como el río no contaba con tantos charcos en ese tiempo, con ayuda de ‘trinchos’ o muros de contención improvisados, retenían el caudal del agua para formarlos.
Martínez también intentó practicar en algunos de los clubes sociales de Medellín, como en el Club Unión y el Club Campestre pero eran de difícil acceso.
Finalmente, su padre en 1956 consiguió una finca por La Estrella y allí se la pasó entrenando en un baño de inmersión amarrado a un palo de guayaba.
Los cuatro meses de entrenamiento le ayudaron a batir el récord suramericano en Viña del Mar, Chile, teniendo 22 años.
Perfil: Gilberto Martínez y su balada del riesgo escénico
Gilberto también estuvo en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956. Además participó en los Juegos Panamericanos, Campeonato Nacional de Natación, entre otros, en los que sumó grandes reconocimientos.
Para Pablo Arbeláez, Gilberto siempre fue muy entregado a las cosas del pueblo, un prohombre de Antioquia, muy brillante en las cosas que hizo.
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