El Catatumbo realizará asamblea de cocaleros auspiciada por Petro

Tras sacar pecho por ser el primer presidente en ir a esa región, Petro hizo un llamado a los ilegales a mostrar disposición de paz y criticó la política antidrogas de EE.UU.

La visita del presidente Gustavo Petro al Catatumbo, donde 24 horas antes atacaron a una de sus avanzadas oficiales y después a una patrulla de militares, volvió a poner la mirada del país sobre el coctel violento que ha prevalecido por décadas en esa región de Norte de Santander, cuyo ingrediente más explosivo ha sido la siembra masiva de hoja de coca.

El mandatario optó por mantener en firme la visita que tenía prevista al municipio de El Tarra, en esa región nortesantandereana, para realizar un consejo de seguridad a pesar de las dos acciones hostiles que se registraron justo antes de su arribo. Fue tanta su osadía que tras llegar vía aérea a esa localidad, ignoró las alertas de seguridad y rompió el protocolo para caminar junto a decenas de personas que salieron a saludarlo.

Con sus simpatizantes y varios ministros rodeándolo, y escoltado por la cúpula militar, el mandatario se reunió con la guardia campesina local y posteriormente lideró el consejo de seguridad con las Fuerzas Militares y los gobernantes de la región. Tras estas actividades, Petro se dirigió al país para destapar su plan para sacar al Catatumbo del capítulo de la violencia y sacó pecho por ser el primer presidente en visitar El Tarra.

Llamado irrestricto a la paz

Antes de hacer su declaración oficial, Petro pidió una puesta en escena sin importar que esto representara un nivel alto de riesgo para su seguridad. Así, el presidente logró que detrás de su atril –y de su robusto esquema de seguridad– estuviera un grupo de ciudadanos que lo ovacionó mientras hacías las conclusiones del diálogo que sostuvo con autoridades y mandatarios locales.

El mandatario aseguró que el Gobierno se enfocará en la transformación social del Catatumbo y planteó que su apuesta estará en hacer que esta región deje de ser una de las que más hectáreas de coca sembradas tiene –40.000 en el último año– para que ser convierta en la que denominó como capital de la paz, por lo que le hizo un guiño a los grupos ilegales para dialogar.

“Les propongo salir de ese primer lugar (en hectáreas de coca) del año pasado y construir la capital de la paz de Colombia. Que aquí en el Catatumbo se puedan desarrollar las conversaciones de la sociedad y que en algún lugar se puedan comenzar las conversaciones para dejar las armas y pasar a la era de la paz”, dijo.

También reiteró su disposición para que no se criminalice a los cultivadores de coca y reveló que permitirá que se realice en esa región la primera asamblea de campesinos cultivadores de coca para que ellos le muestren al Gobierno “las políticas públicas y los senderos que nos permitan lograr que una familia campesina que hoy se dedique a la hoja de coca pueda sustituir eso por una actividad que le garantice más calidad de vida y la posibilidad de sacar adelante a sus hijos y sus nietos”, agregó.

Al abordar la problemática de cultivos ilícitos, el Jefe de Estado reiteró su pedido a EE.UU. para que replantee su estrategia de lucha contra las drogas, que tildó de fracaso. “Le he pedido al Gobierno de los Estados Unidos cambiar su política antidrogas llamada ‘guerra contra las drogas’, que solo ha dejado un millón de latinoamericanos muertos en los últimos 40 años”, apuntó.

Esta visita no fue fortuita, pues Petro aprovechó para darle un nuevo empujón a su plan para hacer la ‘paz total’ e hizo un llamado a las organizaciones ilegales que siguen delinquiendo en el Catatumbo, y que atentaron a su avanzada de seguridad el jueves en El Tarra (ver Infografía).

“Todas las organizaciones armadas que hoy existen en el Catatumbo se han comunicado con el Gobierno pidiendo abrir negociaciones de paz. Tenemos una contradicción, mientras aumenta el número de hectáreas cultivadas de coca, quienes han vivido en el Catatumbo quieren dejar la violencia atrás”, señaló.

Violencia que prevalece

El Catatumbo ha sido una de las regiones del país que se ha sostenido en el tiempo como un foco de violencia incesante debido a que allí han hecho presencia grupos ilegales de diversas orillas. Según los registros oficiales, a finales de los años setenta aparecieron allí el ELN y el EPL, y posteriormente las Farc, cuyos grupos residuales permanecen en la zona, al igual que el ELN.

A ese contexto de violencia se sumaron los paramilitares con el Bloque Catatumbo, el Frente Héctor Julio Peinado y el Frente Resistencia Motilona del Bloque Norte, quienes entraron a disputarse el control territorial y las rentas ilegales hasta su desmovilización.

Para tratar de acabar con esta situación, Petro propuso que en los próximos meses haya un diálogo social en la región para hacer un derrotero de políticas de Estado a implementar, sumadas a la apertura de una universidad pública en el municipio de El Tarra.