El ritmo de los vallenatos clásicos retumba por lo que se puede considerar la calle principal de la vereda Santa Lucía. Sobre esas placas de cemento, ya levantadas, agrietadas y con muchos años sin mantenimiento, juegan dos niños con un balón, se enfrentan, por las camisas que llevan puestas, el Atlético Nacional y el Milán de Italia.
A pocos metros de los menores, justo al frente de la escuela, un grupo de adultos conversa sobre los trabajos que estaban haciendo desde temprano en la mañana y al lado de ellos los caballos en los que se movilizan. Ya casi es medio día y el bus escalera, que llegó de su último viaje desde Ituango en la noche anterior, no salió en la mañana. Lo hará a las 3 de la tarde y por esa razón varias motos salieron al pueblo para movilizar a quienes debían estar allá más temprano.
Aparentemente la vereda se ve sola, sin embargo es un día laboral, la mayoría de hombres están en el monte, trabajando los cultivos de frijol y café en su mayoría; las mujeres se ocupan de las casas, y los niños, por ser temporada de vacaciones, aprovechan para bañarse en la quebrada que ellos llaman “Monos” o juegan fútbol.
Así transcurren los días en esa vereda ubicada en el Norte de Antioquia, muy cerca del Parque Nacional Nudo de Paramillo. Pero hay dos grandes diferencias en la cotidianidad de esas personas: ya no hay conflicto armado y hacen parte de una de las zonas veredales transitorias de normalización para que los guerrilleros del frente 18 de las Farc inicien su camino a la civilidad.
Al preguntar sobre esos dos aspectos la gente reacciona de diferentes maneras, pero todos coinciden en que la vida cambió desde que se firmó el acuerdo con las Farc: “acá ya no se vive con esa tensión de tenerlos a ellos (los guerrilleros) en modo de guerra, ya se convive mejor, mucha gente puede ir y volver a Ituango sin inconvenientes, por ese lado estamos bien”, dice uno de los hombres que se encuentran frente a la escuela.
Sin embargo sobre la zona veredal los sentimientos son encontrados, hay más preocupación que información, más dudas que certezas. Hasta el momento en el terreno donde deberían ir las instalaciones para albergar a los guerrilleros no tiene un solo ladrillo, ni siquiera una delimitación.
“A la comunidad poco le han informado, pero acá vienen de la comisión de verificación y vuelven y se van, lo mismo ocurrió con la delegación de la Gobernación que visitó la zona. Estamos en las mismas y acá hay muchas necesidades”, afirma Roberto Echavarría, presidente de la Junta de Acción Comunal de Santa Lucía.
Luego de una visita a la zona de la comisión tripartita (ONU, Gobierno y Farc), EL COLOMBIANO pudo constatar que Santa Lucía seguirá siendo zona veredal y que pronto iniciarán los trabajos en el punto donde estarán los insurgentes. Donde sí hay avance en obras es en la sede para esa comisión de verificación, la cual está ubicada a cinco kilómetros de Santa Lucía, en la vereda El Quindío.
Al visitar ese punto, este diario encontró maquinaria y personal trabajando para dicha sede que inicialmente albergará 40 personas. Según quienes trabajan allí, esas obras deben estar listas para el 30 de enero.
Toda esta situación generada por el incumplimiento en las obras y el cronograma de las zonas veredales, ha disminuido la confianza de muchas personas respecto al Estado. Ese es por lo menos el sentimiento que expresa una madre de familia, quien asegura que en medio del conflicto “la confianza que se le tenía al Estado era casi nula, acá nos abandonaron y ahora que estábamos esperanzados en todo el tema del proceso de paz, vemos que hay muchos incumplimientos. ¿Si así iniciaron con esto, cómo será después?”.
Héctor Giraldo Granda, concejal de Ituango y habitante de Santa Lucia dice que la incertidumbre es generalizada, pide que no dejen que la desinformación gane más terreno: “acá las personas o le dicen que no saben nada o le preguntan si cierto rumor es verdad. Ni en la junta de acción comunal, ni en la alcaldía saben algo, es una situación que no genera confianza”.
La vía, único beneficio
Desde el casco urbano de Ituango hasta la vereda Santa Lucía hay 30 kilómetros, un viaje que generalmente tarda casi dos horas por el estado de la carretera.
Ingenieros militares, adscrito a la Séptima División del Ejército, adelantan trabajos de adecuación y mejoramiento de la vía. Hasta la fecha a esas obras les falta casi la mitad para llegar hasta su objetivo: la vereda Santa Lucía.
“Hasta el momento, lo que han trabajado nos ha servido mucho, yo ya me ahorro unos 20 minutos para llegar al pueblo, esperemos que terminen rápido para que el beneficio sea para todos los campesinos de esta zona”, manifiesta Eduardo Giraldo, habitante de la vereda.
Lo que dicen las Farc
Para llegar a Santa Lucía hay que pasar por otras veredas. Una de ellas es Quebrada del Medio, donde se encuentra el punto de preagrupamiento temporal (PPT) de la compañía Jefferson Cartagena del frente 18 de las Farc.
Para alcanzar ese paraje hay que abandonar la carretera y empezar a subir en zigzag unos 200 metros de la montaña. Al llegar a la primera zona plana se puede ver una carpa con una silla; es el puesto de guardia de ese PPT, siempre custodiado por un guerrillero armado.
“Entran tres civiles, periodistas de EL COLOMBIANO, vienen hacer un trabajo periodístico”, escribe la guardia en la minuta donde se lleva todo el registro sobre movimientos cercanos a ese PPT.
Al pasar la guardia y después de cruzar un cafetal, se llega a la antigua sede de la escuela veredal (ahora hay una nueva en otro sector). Allí, desde hace varias semanas, se encuentran albergados 59 subversivos quienes esperan la orden para trasladarse a la zona veredal.
En la sede de la antigua escuela, los guerrilleros aprovechan el espacio para continuar con la rutina que llevan desde hace varios meses: seis horas diarias de estudio de los acuerdos, análisis de noticias, lectura de documentos provenientes del secretariado.
El ambiente, aunque optimista, se siente un poco tenso por lo que ha ocurrido en las últimas semanas sobre las zonas veredales y los puntos de preagrupamiento.
“Nosotros estamos motivados para llegar a la reconciliación, seguimos comprometidos con el proceso, pero hay muchas inquietudes y cosas que nos preocupan. Por ejemplo, las distintas versiones que dan los medios, las afirmaciones del Gobierno sobre los avances de las obras de las zonas veredales y lo que se dijo desde la Gobernación con los PPT”, dice Dumar Restrepo, comandante de guerrilla del frente 18.
El pasado 3 de enero una comisión de la Gobernación de Antioquia, en compañía del mecanismo de monitoreo visitó ese PPT y aunque los integrantes del gobierno departamental no ingresaron al punto donde conviven los insurgentes, los miembros de la ONU y Gobierno Nacional sí llegaron hasta allí y se conocieron varias conclusiones compartidas por la Gobernación, pero que según Élmer Arrieta “El Flaco”, segundo al mando del frente 18 de las Farc, “no fueron precisos y algunos faltaron a la verdad”.
Los que desertaron
Según el informe oficial, en el PPT de Quebrada del Medio, han desertado nueve integrantes de las Farc. Pero según “El Flaco”, “eso no se dijo acá, nosotros desmentimos esa parte. Sí han desertado muchachos, algo que ha pasado siempre, es una lógica de la guerra, pero en este PPT se han ido tres desarmados: dos hombres y una mujer, y aunque les mandamos el mensaje para que regresaran, saben que están a merced de la justicia ordinaria”.
Salud y alimentación
Sobre esto, se afirmó que había crisis alimentaria y problemas de salud en ese PPT, por lo que se ofreció ayuda del Programa Aéreo de Salud.
El segundo comandante del frente 18 afirmó que a pesar de la mala calidad de los alimentos que envió el Gobierno, “actualmente tenemos nuestros propios alimentos, incluso contamos con una huerta, por el momento no pasamos problemas”.
Respecto a la salud de su personal, aceptó que “varios necesitan una atención urgente, tenemos una compañera con quistes en un seno, un muchacho con problemas graves en su vista y otro con una prótesis averiada”, pero al preguntársele por la propuesta de la atención de la Gobernación, su respuesta fue: “Yo les dije a ellos que primero solucionen los inconvenientes que tienen con el Gobierno Nacional y nosotros estamos es dispuestos a lo que disponga y decida el secretariado”.
Sobre este asunto EL COLOMBIANO conoció que la comisión de verificación encargada de Santa Lucía intercedió para que los guerrilleros con mayores quebrantos de salud, sean atendidos con urgencia en centros de salud de Ituango y otros municipios.
Paramilitares, la amenaza
Esta es tal vez la principal preocupación de todos los integrantes de las Farc y en el municipio de Ituango. El Frente 18 denuncia que todas las zonas donde tenían influencia ya fueron copadas por otros grupos armados ilegales, que ellos llaman paramilitares. Incluso aseguran que están a pocos kilómetros del PPT en la vereda Quebrada del Medio.
“Hay una amenaza muy latente porque desde hace un mes se vienen corriendo los paramilitares, ubicándose en las veredas de la jurisdicción de Ituango, del Bajo Cauca, Sur de Córdoba, mejor dicho todas las áreas de operación de este frente, hacen reuniones y le dicen a la gente que a partir del momento ellos son los que van a ejercer el control, que deben obedecerles a ellos. La gente está muy temerosa”, dice con cierto temor “El Flaco”.
Hasta ahora se desconoce el número exacto de guerrilleros que deberán iniciar su camino a la civilidad en la zona veredal de Santa Lucía. El mecanismo de monitoreo espera unos 300 subversivos del frente 18 de las Farc, distribuidos en tres PPT.
300
sería el número aproximado de integrantes del frente 18 de las Farc que se ubicarán en la vereda Santa Lucía.
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