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Lo que el agua se llevó y aún no ha sido reparado

En sectores de Medellín y Copacabana, una creciente hace tres meses afectó viviendas e infraestructura. Comunidad teme ante nueva ola invernal.

  • El barrio Girardot en el norte de Medellín sigue afectado por la creciente de su quebrada que desde el año pasado causó daños que no han sido reparados ni atendidos. FOTO Esteban Vanegas Londoño
    El barrio Girardot en el norte de Medellín sigue afectado por la creciente de su quebrada que desde el año pasado causó daños que no han sido reparados ni atendidos. FOTO Esteban Vanegas Londoño
  • La comunidad de Copacabana está preocupada por una posible temporada invernal y poco avance en las obras. Solo dos trabajadores realizan labores allí. FOTO cortesía santiago Bedoya
    La comunidad de Copacabana está preocupada por una posible temporada invernal y poco avance en las obras. Solo dos trabajadores realizan labores allí. FOTO cortesía santiago Bedoya
18 de febrero de 2019
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La cita el 25 de noviembre era en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, ese día el Deportivo Independiente Medellín se jugaba su clasificación a la final de Liga Águila con Tolima a las 7:30 p.m. Los hinchas estaban preparados para ver jugar a su equipo. Sin embargo, la alegría, al igual que la tranquilidad, en algunos lugares del Valle de Aburrá, se la llevó el agua.

“Empezó a llover muy duro y de pronto se sintió un estruendo fuerte. La gente empezó a gritar que saliéramos de las casas y en cuestión de segundos ya el agua había subido hasta 1,70 metros en algunas casas”, relató Santiago Bedoya Berrío, líder comunal de Guadalajara, el sector de Copacabana más afectado por la creciente de la quebrada La Azulita, al igual que otros barrios como La Asunción y La Pedrera.

Aunque el municipio al norte del Aburrá fue el más afectado, no fue el único, pues en barrios como Girardot y Belalcázar, en Medellín, el aumento del nivel de la quebrada La Tinajita arrasó con aceras, tapas de alcantarillas y tres viviendas sufrieron pérdida total.

Lo que pide la comunidad

En Girardot y Belalcázar, la gente pide que sean arregladas las aceras destruidas, pues las personas que transitan en el lugar, como adultos mayores y estudiantes de los colegios Parroquial Nuestra Señora del Buen Consejo y Sor Juana Inés de la Cruz tienen que pasar por la calle, exponiéndose al peligro de los carros y motos que transitan por allí.

Reclaman que sea arreglada una malla que impedía que las personas se pudieran meter a un caño sobre la carrera 65 con calle 103.

“Ese punto se está convirtiendo en una plaza de vicio. En diciembre las autoridades sacaron del río algunos desechos y capa vegetal, pero no los recogieron. Una madrugada, a principios de enero, una persona en situación de calle le prendió fuego a todo eso poniendo en peligro a la comunidad”, dijo Delio Hernández, habitante del sector.

Dice la comunidad que no ha visto el apoyo de la administración municipal y exigen que hagan algo más allá de un mantenimiento.

“Necesitamos soluciones estructurales como el retiro de las piedras de gran tamaño de la quebrada, además del mejoramiento y reparación de las obras de canalización con el fin de que no se presenten nuevas emergencias”, comentó Beatriz Salgado, presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Girardot.

La semana pasada enviaron una carta —con anexo de más solicitudes que consideran necesarias para evitar otra emergencia— a la Secretaría de Infraestructura con copia a otras entidades.

Sobre esta misiva el despacho de Medio Ambiente de Medellín expresó a EL COLOMBIANO que “para dar respuesta de fondo a la comunidad, está programado realizar un recorrido por todo el cauce de la quebrada con el fin de identificar los puntos críticos y definir posibles intervenciones”.

Los habitantes de la zona siguen inconformes con la respuesta y manifiestan que estas visitas ya se han hecho desde 1996 y no hay todavía soluciones de fondo que resuelvan el problema.

En Copacabana

La comunidad definió siete voceros que han tenido contacto con la alcaldía y con entidades como el Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá (Siata), Epm y el Área Metropolitana, a las que les han elevado solicitudes como el arreglo del alcantarillado, la mejora en el sistema de alertas y la construcción del muro que protege de las crecientes del río y que fue derribado por la avalancha del año pasado.

Sin embargo, denuncian que muchas de las promesas siguen sin cumplirse. “Tuvimos una reunión con el alcalde e hicimos unos acuerdos con él. Le pedimos un informe de las ayudas entregadas y él nos pasó una cifra, pero al compararla con los datos que teníamos descubrimos un margen de error grande que da cuenta de que las ayudas no se dan de la mejor manera”, dijo Bedoya.

Además, agregó, han tratado de tener otra reunión con el mandatario, pero no ha sido posible. La intención es pedirle explicaciones por las promesas del primer encuentro que no se cumplieron.

“Frente a la situación se hizo un plan de acción con el que queremos mejorar el sistema de alertas tempranas en el río Aburrá, ya con el Siata estamos gestionando mejor instrumentación”, indicó Oswaldo Isaza, secretario de Agricultura y Medio Ambiente de Copacabana.

La alcaldía comenzó a construir un muro en concreto de 4,5 metros de base y 4 metros de altura que operará como una estructura de canalización. Esta obra se ejecuta con el Área Metropolitana.

Adicional, señaló Isaza, la Secretaría de Salud local implementó un esquema de acompañamiento sicosocial para atender individualmente a cada núcleo familiar que resultó afectado.

Aún así, los vecinos de la quebrada La Azulita están preocupados con las obras del muro que empezaron el 17 de enero, pero apenas van en un 5% de avance, según datos del ingeniero encargado Gabriel Jaime Martínez, quien informó que se encuentran en la parte más demorada del proceso.

“Estamos en las perforaciones para unos micropilotes que son la defensa de las casas que permitirán hacer las excavaciones necesarias. El plazo estipulado son tres meses”, comentó.

María Elena Vargas, habitante de Guadalajara, expresó que perdió su tranquilidad con la avalancha. “Yo veo que llueve y ya no duermo en toda la noche, a veces me turno con el señor de enfrente poniendo cuidado, él en la puerta y yo en mi ventana revisando constantemente el río. Vivimos en constante alerta”.

Con goles de Germán Cano y Juan Fernando Caicedo, el Deportivo Independiente Medellín logró clasificar a la final el domingo que comenzó la emergencia. Al mismo tiempo, los habitantes de los sectores afectados en la comuna 5 de la capital antioqueña y en Copacabana, perdieron la tranquilidad y aún no la recobran.

Consideran que las obras de reparación y las actividades de prevención ante una nueva emergencia aún no son prioridades titulares de las administraciones locales.

“No solo se debe actuar cuando ya no haya nada que hacer, por eso estamos adelantando acciones y solicitudes para evitar una tragedia. Necesitamos, en la ciudad y en Colombia, una mejor cultura de prevención”, aseveró Beatriz Salgado.

900
personas fueron damnificadas por la creciente en tres barrios de Copacabana.
85
días han pasado desde la emergencia ambiental que afectó a los municipios..
El empleo que busca está a un clic

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