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En el Plan de Desarrollo de Antioquia se proyecta sembrar 25 millones
de árboles.
Aunque por delante están departamentos como Caquetá y Meta, Antioquia se encuentra dentro de las cinco regiones con mayor deforestación en Colombia. Así quedó consignado en el Plan de Desarrollo departamental 2020-2023, en donde se especificó que para 2017 esta problemática devastó 20.592 hectáreas (9,4 % del total nacional) y 12.820 hectáreas en 2018 (6,6 % del total nacional), indicando que “en dos años se habrían producido pérdidas de bosque equivalentes al 0,53 % de la superficie del departamento”, algo así como juntar la superficie de Copacabana, Girardota y Barbosa.
Al mismo tiempo, hasta 2018, la región andina colombiana fue la que presentó mayor disminución de superficie deforestada con un total de 8.656 hectáreas, de acuerdo con información del Ideam, y logró, para el mismo año, 135.927 hectáreas plantadas, que representan el 26,3 % del total nacional, según datos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y Finagro.
La Gobernación observó que, entre 2010 y 2018, la deforestación acumulada en el territorio antioqueño llegó a 154.265 hectáreas.
La Reforestadora Integral de Antioquia, RIA, de la mano de la Secretaría de Ambiente y Minas y otras dependencias, será la gestora de la meta proyectada por la gobernación de sembrar 25 millones de árboles entre 2020 y 2023.
El Plan de Ordenamiento Territorial Agropecuario de Antioquia, POTA, indica que las áreas degradadas (suelos que han sufrido daños) en el departamento equivalen a un total de 86.204 hectáreas, y entre las causas aparece la erosión y la minería de oro en terrazas o en llanura de inundación, así como las condiciones climáticas extremas.
El gerente de RIA, Sergio Trujillo Turizo, añadió que la deforestación obedece a temas socioeconómicos. “En territorios pobres, donde hay pocas oportunidades, donde no hay energía eléctrica ni servicios públicos, lo primero que la gente hace es coger un hacha, cortar un árbol y llevarlo al poblado más cercano. Se van organizando economías ilícitas pues buscan generar ingresos a través de las riquezas naturales del territorio, como minerales y madera”.
Precisamente, de acuerdo con Corantioquia y el Global Green Growth Institute, la tala ilegal de árboles se hace para la obtención de maderables y por minería, para despejar pistas y construir edificios en la zona de explotación, pero también para cultivar ilícitos y expandir la frontera agrícola.
Diego David Ochoa, representante a la Cámara por Antioquia, señaló que, en cifras estimadas, el fenómeno arrasó con 12.500 hectáreas el año pasado. Para dar cuenta de la magnitud, expresó que es como si se hubiesen talado 15.000 canchas de fútbol.
Por su parte, Diego Fernando Díaz Patiño, diputado del departamento, subrayó que el tema es preocupante porque además del impacto en los ecosistemas, la deforestación implica un daño respecto a nacimientos o abastecimiento de agua potable.
Según la gobernación, la problemática impacta fuerte en las subregiones Nordeste y Bajo Cauca. Los municipios más afectados son Remedios, Segovia, Zaragoza, Yondó e Ituango, estos últimos ubicados en Magdalena Medio y Norte, respectivamente.
Pero como no solo basta con sembrar, sino que también se trata de custodiar, en el programa de gobierno para el cuatrienio quedó incluida la llegada de 77 guardabosques a 23 municipios del Suroeste, Occidente y Norte del departamento.
RIA concluyó que el objetivo es restaurar los bosques y que las comunidades se apropien del territorio. La Gobernación de Antioquia señaló el multipropósito del programa: generar empleo, impactar en la reactivación económica y ayudar en la recuperación de áreas degradadas.