Cambio en contratos de profes, otra alerta en Buen Comienzo

Decisión de la Alcaldía de centralizar la contratación de varios profesionales genera dudas.

El programa Buen Comienzo es la estrategia del Municipio de Medellín encargada de atender a la primera infancia más vulnerable. Su red está compuesta por 422 sedes. FOTO CAMILO SUÁREZ

La implementación de una nueva dinámica de contratación al interior de Buen Comienzo, que desde diciembre pasado cambió las reglas de juego para los operadores de los jardines infantiles, abrió un nuevo capítulo en medio de la controversia que tiene a ese programa en el centro del debate público desde 2020.

La aplicación de una serie de cambios en los lineamientos técnicos que rigen al programa y la firma de un paquete de millonarios convenios interadministrativos que canalizarán la vinculación de varios profesionales, hacen parte de los factores que están en el centro de la controversia.

Mientras algunos exfuncionarios y organizaciones alertan que el cambio podría deteriorar el funcionamiento de los jardines infantiles y servir como plataforma para disminuir la transparencia pública, la Alcaldía defiende el nuevo modelo y sostiene que hace parte de una estrategia para mejorar el funcionamiento del programa.

El cambio de la discordia

Camila Gaviria Barreneche, quien fue directora de Buen Comienzo entre marzo de 2016 y enero de 2020, explica que entre varios exfuncionarios y expertos que hacen seguimiento al programa las alarmas comenzaron a encenderse desde diciembre pasado, cuando la recién creada Unidad Administrativa Buen Comienzo publicó los lineamientos técnicos que establecen los requisitos que deben cumplir los operadores de la modalidad institucional.

Para ilustrar la importancia de ese documento, que en su versión de este año tiene una extensión de 160 páginas, la exdirectora explica que es la carta de navegación que establece cada una de las responsabilidades, deberes y mecanismos que regulan el engranaje de la atención.

Aunque esa actualización anual de los lineamientos es una tarea habitual, Gaviria señala que en su nueva versión el documento suprimió varios perfiles profesionales en la modalidad de los jardines infantiles, tales como el profesional de educación especial, el profesional artístico, el profesional de bilingüismo y el profesional de salud.

Tal como puede cotejarse en la página 11 de ese documento, pese a listar un paquete de nueve perfiles profesionales como el de dietista, educador psicosocial, entre otros, el documento excluyó de la responsabilidad de los operadores de los jardines la vinculación de los perfiles mencionados por Gaviria.

“Si se quita del operador, por ejemplo, al profesional de educación especial y se contrata por fuera se pierde todo ese acompañamiento que ha tenido el programa. No es lo mismo contratar un nutricionista por fuera o contratar un profe que viene y va, al que está todos los días con los niños, haciéndoles seguimiento”, plantea Gaviria.

Detrás de dicha supresión, el director de Buen Comienzo, Hugo Alexander Díaz Marín, explicó que hay una nueva estrategia con la que se busca vincular a esos profesionales a través de una serie de convenios interadministrativos.

De acuerdo con el funcionario, pese a que esa labor ya no estará en las manos de los operadores, el programa canalizará la misma a través de otras instituciones, que también cumplen esas funciones.

“Esos perfiles específicos pertenecían exclusivamente a la modalidad de jardines infantiles, que atiende a 7.090 niños, no a la totalidad de niños de las diferentes modalidades. Es decir, no es que el perfil haya desaparecido, sino que se cambió la estrategia”, argumentó Díaz, agregando que el cambio pretende aumentar el margen de acción de esos profesionales.

Los nuevos convenios

Bajo esa óptica, informó el director, en el caso de los profesionales en educación especial, la vinculación será a través de un convenio firmado con el Hospital Mental de Antioquia (Homo), por un valor de $1.300 millones.

Esta institución, agregó, también estará encargada de hacer acompañamiento en salud mental a los profesionales que trabajan en el programa.

En el caso de los profesionales artistas, la vinculación se encausará a través de un convenio con la Secretaría de Cultura, por $1.400 millones.

En cuanto a los profesionales de bilingüismo, de salud y de educación para la paz, la contratación sería asumida de forma directa por el programa, pero estaría mediada por una actualización curricular que se está desarrollando, con miras al segundo semestre de este año. Por ello, dijo Díaz, aún no estarían listos los detalles en cuestión de recursos y número de personas contratadas.

Mientras el director insistió en que los nuevos cambios buscan incrementar la cobertura de esos profesionales, que pasarían a atender toda la red de Buen Comienzo (compuesta por 422 sedes), Gaviria alertó que la centralización de esa contratación iría en contravía de su cercanía con los niños y los procesos de acompañamiento que históricamente han caracterizado al programa.

Por su parte, desde la veeduría Todos Por Medellín, su vocera Piedad Patricia Restrepo planteó que dichos cambios incrementarían el riesgo de que la atención del programa se fragmente y la calidad de atención se deteriore.